El sector logístico se prepara para despedir un año en el que se ha consolidado como uno los principales impulsores de la economía. Han sido doce meses muy dinámicos en los que las empresas han avanzado en su modernización, han desarrollado y mejorado sus capacidades operativas y elevado su apuesta por la tecnología (big data, inteligencia artificial o machine learning). Todo ello, con cifras de inversión y contratación al alza debido -en gran parte- al auge del comercio electrónico y a la necesidad de reforzar la cadena de suministro.
Ahora, el sector se enfrenta a un contexto económico incierto que podría frenar su crecimiento. Por el momento, los principales directivos de este segmento se muestran moderadamente optimistas y confían en la fortaleza y capacidad de resiliencia de la logística. En términos generales, coinciden en que la demanda se mantendrá activa en la primera parte de 2023, aunque moderará su crecimiento respecto a años anteriores.
Este comportamiento no será ni mucho menos preocupante siempre que se mantengan un equilibrio “saludable”, entre la oferta y la demanda, señalan los responsables de las grandes empresas logísticas. Ahora bien, algunos directivos también admiten que se podría paralizar o retrasar la puesta en marcha de nuevos proyectos a riesgo debido a la actual coyuntura económica.
El grueso de la demanda de infraestructuras seguirá orientándose hacia la logística urbana y la última milla con el objetivo de facilitar las entregas y dar una adecuada respuesta al continuo crecimiento del comercio electrónico. Los activos situados en estas ubicaciones se caracterizan -por lo general- por ser de obra nueva y estar adaptados tecnológicamente a los nuevos requerimientos del sector. Y es que, parte del stock de naves logísticas y centros de distribución son demasiado pequeños o están obsoletos o envejecidos.
Los directivos del sector también esperan una corrección en precios y rentas -salvo en los mercados con poca disponibilidad de producto y alta demanda de espacio- y un encarecimiento de los costes de construcción y financiación debido a las constantes subidas de los tipos de interés llevadas a cabo por parte del Banco Central Europeo (BCE). Otro de los escollos a los que se enfrentará el sector en los próximos meses -y que arrastra desde hace años- es la falta de suelo finalista.
La nueva oferta estimada para 2022 en Madrid se ha reducido hasta un 40%
En el capítulo de la inversión, los últimos datos de la consultora Savills apuntan a que el sector logístico español superará los 1.900 millones de euros de inversión en 2022, lo que supone un 6,3% por encima del volumen registrado el año anterior.
Los mercados principales de Madrid y Cataluña concentraron el 69% del volumen de inversión y el 54% de los activos transaccionados en el país. Sin embargo, hay que destacar que también aumentaron las inversiones logísticas en provincias como Valencia, Sevilla, Vizcaya y Zaragoza, que hasta el momento no habían sido especialmente activas en este sector, además de en zonas más descentralizadas como Burgos o Galicia.
En cuanto a la contratación, en Madrid se volverá a superar el millón de m2, tras una absorción a cierre del tercer trimestre de 817.000 m2, lo que supone un 3% por encima del año pasado en actividad. Además, la nueva oferta estimada para 2022 se ha reducido hasta un 40% respecto a las previsiones de principios de año.
Este ajuste se debe principalmente a las decisiones de retrasar el desarrollo de proyectos por la demora en la entrega de los materiales de construcción y por el incremento en los costes, lo que ha generado un aumento significativo en la previsión de nueva oferta para 2023 y 2024. En el caso de Barcelona, la contratación se ha mantenido a buen ritmo y alcanzará los 700.000 m2, a pesar del ajuste continuado de la tasa de disponibilidad durante 2022.
Omnicanalidad y ESG
Los nuevos modelos de la cadena de suministro seguirán avanzando hacia una mayor flexibilidad. Mención especial merece la logística just in time, que actualmente se encuentra en un periodo de “transición”. Las compañías buscan ahora reforzar su cadena de suministro almacenando en el continente de destino. Los expertos explican que este fenómeno mejora la resiliencia del sector frente a adversidades de mayor calado.
Los criterios ESG (factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo) también marcarán el paso de los operadores logísticos, que apuestan por mejorar la sostenibilidad de los inmuebles y el bienestar de los empleados.
Otra tendencia que también marcará los pasos del sector en los próximos meses serán la omnicanalidad -englobar todos los canales de venta en uno solo- . Las empresas siguen apostando por una experiencia de compra integrada y satisfactoria para sus clientes. En materia de empleo hay que destacar que la apuesta del sector logístico por la tecnología traerá consigo la necesidad de contratar mano de obra cualificada y especializada en herramientas digitales.
Fuente: El Economista
Imagen: Mascontainer