Temas del día Transporte Terrestre

El turismo frente al desastre vial

En las recientes vacaciones de comienzo de año, los colombianos que salieron por las carreteras del país se quejaron del deplorable estado de las vías principales, secundarias y terciarias, lo que refleja la incoherencia de los gobernantes que pretenden impulsar y desarrollar el turismo con una infraestructura en pésimas condiciones.

Esta situación ha colocado a Colombia en el puesto 104 entre 141 países en materia de calidad de la infraestructura de transporte terrestre, según cifras del Foro Económico Mundial. El panorama a corto plazo no es esperanzador, ya que muchas obras están en ejecución o simplemente los recursos que se recaudan por peajes no son invertidos en el mantenimiento vial.

Para citar algunos ejemplos nacionales, la famosa Ruta del Sol que va del centro del país por el Magdalena medio hasta la Costa Caribe (principal destino turístico de los colombianos), es un camino de trocha lleno de cráteres y partes inconclusas, todo gracias a la corrupción que dejó la firma Odebrecht encargada de la obra.

A nivel departamental, la vía Neiva – Bogotá es decepcionante ya que fácilmente un vehículo puede tomar más de 8 horas en llegar a la capital, a pesar del pequeño avance que se evidencia con la doble calzada, tan solo hasta el municipio de Aipe.

La ruta al sur que lleva a San Agustín –principal destino turístico del Huila-, además de ser peligrosa por la estrechez de la calzada y sus agudas curvas, está en mal estado de mantenimiento, lo que ocasiona frecuentes accidentes de tránsito y largas horas de viaje. Similar situación acontece con la carretera hacia el desierto de la Tatacoa la cual es simplemente deplorable.

Y si revisamos las vías internas de Neiva, su grave deterioro causa indignación por la desidia de la administración municipal. Las calles se asemejan a un paisaje lunar y transitar por ellas puede llegar a costar la vida si se hace en moto.

Este panorama desolador solo lleva a demostrar la corrupción que ha permeado las obras públicas, así como la incompetencia de los gobernantes locales y regionales, que incluyen en su retórica el impulso al turismo, pero sin mejorar las condiciones viales.

Fuente: La Nación

Imagen: El Colombiano

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