El sector del transporte de carga en Colombia enfrenta un nuevo desafío que podría tener implicaciones significativas para la logística y la economía regional. La Federación de Empresarios del Transporte de Carga (Fedetranscarga) ha expresado su profunda preocupación ante el inminente cierre de la vía Caldas-Amagá, específicamente en el sector de Arenales, como parte de los trabajos programados en la Ruta Nacional 6003. Este cierre, que se estima durará aproximadamente 20 meses, representa una amenaza directa para la eficiencia y productividad del transporte de carga en la región de Antioquia.
Durante una reciente reunión entre representantes de Fedetranscarga y Mauricio Millán Drews, Gerente General de la Concesión Covipacífico, se discutieron los aspectos más críticos de este cierre programado. La preocupación central del gremio radica en la extensión del tiempo de cierre. Aunque el contrato de concesión modificado sugiere un periodo de 33 meses para la obra, la concesión ha propuesto una reducción a 20 meses, lo que sigue siendo motivo de alarma para el sector transportador.
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El impacto del cierre no se limita al tiempo, sino también a las complicaciones logísticas que implica. La ruta alterna propuesta para camiones y vehículos de carga pesada, que debe desviarse por Amagá-Bolombolo-Santa Fe de Antioquia-Medellín, añade 167 kilómetros al recorrido. Este desvío no solo incrementará en más de cinco horas el tiempo de tránsito, sino que también elevará considerablemente los costos operativos, desde el consumo de combustible hasta el desgaste de los vehículos. La situación es especialmente crítica dado que el cierre está previsto para 11 horas continuas de lunes a viernes, durante el día, lo que afectará gravemente la operatividad del sector.
Fedetranscarga ha solicitado formalmente que las obras se lleven a cabo en horario nocturno, buscando mitigar los efectos adversos del cierre. La propuesta del gremio apunta a aprovechar las horas de menor tránsito para realizar las labores necesarias, con el fin de reducir el impacto tanto en el transporte de carga como en la economía regional. De llevarse a cabo durante el día, el cierre no solo encarecería los costos de transporte, sino que también limitaría el acceso a las minas del municipio de Amagá, un punto clave para la economía local.
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La preocupación de Fedetranscarga no es infundada. El cierre prolongado de esta vía crítica podría tener repercusiones a largo plazo en la región, afectando no solo al sector del transporte, sino también a la cadena de suministro y la productividad de industrias clave. El gremio transportador se compromete a seguir de cerca la evolución de este cierre y a buscar alternativas que permitan mitigar sus efectos adversos.
Mientras se espera una respuesta a la solicitud de Fedetranscarga, la incertidumbre sobre el futuro de la vía Caldas-Amagá sigue creciendo. El sector transportador, que ya enfrenta desafíos significativos, ahora debe prepararse para una posible crisis logística que podría extenderse hasta mediados de 2026. En este contexto, la defensa de los intereses del gremio y la búsqueda de soluciones eficientes serán cruciales para evitar un golpe aún mayor a la economía regional y nacional.
Fuente: Caracol Radio