ANI decidió suspender por un mes el cobro en los peajes de UrabáEl saldo de las protestas fue de dos peajes incinerados, tres alcaldías atacadas y tres muertos. Después de una jornada ‘al rojo vivo’ en la que se quemaron dos casetas de peaje (Riogrande y Cirilo) y se atacaron por lo menos tres sedes de las Alcaldías municipales en el eje bananero de Urabá, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) decidió suspender el cobro de los peajes en esa zona. En su cuenta de Twitter, el alcalde de Turbo, Alejandro Abuchar, anunció que la ANI decidió suspender dicho recaudo. La suspensión, sería por 30 días mientras se llega a un acuerdo según indicó la Agencia.
La decisión, se tomó tras un consejo de seguridad en el que se reunieron la secretaria de Gobierno de Antioquia, Victoria Eugenia Ramírez; el brigadier general Alberto Sepúlveda Riaño, comandante de la Décimo Séptima División del Ejército Nacional; el brigadier general, Carlos Rodríguez Cortés, comandante de la Región 6 de Policía; el mayor general Ricardo Gómez Nieto, comandante del Ejército Nacional; el coronel Jairo Orjuela Arévalo, comandante Cacom 5; y el mayor general Ricardo Restrepo, comandante de la policía Nacional (e). En la reunión, también participaron Procuraduría General y los alcaldes de Apartadó, Carepa y Turbo. Por Chigorodó estuvo la secretaria de Gobierno. La negativa del Ministerio de Transporte y la ANI de trasladar los peajes, como lo habían pedido los habitantes, originó un paro cívico que comenzó de manera pacífica pero que se tornó violento cuando el Comité de Iniciativa Ciudadana decidió suspender el cese de actividades.
Según el mismo Abuchar, el saldo de los desmanes fue de tres Alcaldías atacadas, dos peajes incinerados, tres muertos y los alcaldes de la zona de influencia fueron amenazados al igual que sus familias. A pesar de la decisión, los manifestantes se trasladaron hasta el tercer peaje, el de Chaparral, ubicado entre Carepa y Chigorodó y según testigos de la zona, ya incineraron la báscula.
Fuente: El Tiempo Imagen: Archivo El Tiempo Ver artículo original