La temporada de lluvias ha dejado una huella profunda en la infraestructura vial de Colombia, y el Instituto Nacional de Vías (Invías) ha actualizado su reporte sobre las zonas afectadas hasta el 18 de junio. Según este informe, se han registrado 298 emergencias viales en lo que va del año, de las cuales 215 corresponden a la red no concesionada y 83 a las vías nacionales concesionadas.
El departamento de Nariño ha sido uno de los más afectados, con la pérdida de banca en el tramo Pasto – Mocoa, específicamente en el sector Encano – Santiago. La vía alterna propuesta para sortear esta emergencia es Pasto – Popayán – Paletará – San José de Isnos – Pitalito – Mocoa. Otro punto crítico en Nariño es la vía Junín – Pedregal, que presenta un cierre parcial en el sector Ricaurte, km 31.
En Quindío, el tramo Calarcá – Cajamarca está operando con restricciones debido a deslizamientos en km 45, km 27+560, y km 29+040. La situación es compleja en Norte de Santander, donde la vía La Lejía – Saravena permanece cerrada, aunque se continúan los trabajos con maquinaria amarilla. La ruta alterna recomendada es Pamplona – Chitagá – Málaga – Belén – Sácama – Tame – Saravena.
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En Cauca, la situación es igualmente crítica con el cierre total de la vía Guadalejo – Belalcázar en el km 5, específicamente en el tramo Santiago – Santa Rosa, donde no existe una vía alterna disponible. Esta falta de alternativas resalta la vulnerabilidad de algunas regiones frente a eventos climáticos extremos.
La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) ha confirmado que, en las últimas horas, no se han reportado nuevos cierres totales o parciales en las vías concesionadas. Sin embargo, el Ministerio de Transporte ha señalado que, en coordinación con sus entidades adscritas, ha dispuesto de todos sus recursos técnicos y operativos para atender las situaciones que afectan la infraestructura vial nacional. Desde el inicio del gobierno actual, se han contabilizado 1121 emergencias en las carreteras bajo la gestión de Invías.
La gravedad de estos eventos subraya la necesidad urgente de invertir en la resiliencia de la infraestructura vial del país. Con cuatro corredores cerrados totalmente y 40 cierres parciales en la red de Invías, además de dos cierres totales y cuatro parciales en los corredores concesionados y administrados por la ANI, el transporte terrestre enfrenta desafíos sin precedentes.
Esta situación no solo afecta la movilidad, sino también la economía y la seguridad de las comunidades impactadas. La pérdida de conectividad en estas rutas cruciales puede tener repercusiones a largo plazo, afectando desde el abastecimiento de productos básicos hasta la prestación de servicios de emergencia.
En conclusión, las autoridades deben redoblar esfuerzos para garantizar que la infraestructura vial pueda resistir los embates del clima y ofrecer soluciones rápidas y efectivas ante emergencias. La integración de tecnología avanzada para monitorear y gestionar estas crisis, así como la implementación de estrategias de mantenimiento preventivo, serán esenciales para mitigar los impactos futuros y asegurar una red de transporte más robusta y segura para todos los colombianos.
Fuente: La FM
