Por estos días, la entrada de un camión al Puerto de Barranquilla está demorando entre 40 y 50 minutos, e incluso más, debido a los tranconces que producen las obras de restauración vial, realizadas en la zona. René Puché, presidente del Puerto, afirmó a EL HERALDO que la afectación en el transporte es difícil de cuantificar, pero que al final de cada día son muchas las quejas de los transportadores que ven lesionada su jornada laboral.
Debido a la situación, el Ministerio de Transporte convocó este viernes una reunión con representantes del Distrito, el sector privado y la firma encargada de la obra, Convías, para analizar y formular propuestas que permitan que la construcción de la infraestructura no siga lesionando la movilidad.
Los trabajos comprenden 1,7 kilómetros, aproximadamente. Van desde la conexión del Corredor Portuario, entre la glorieta de la carrera 38 con Avenida Hamburgo y su respectiva conexión hacia la calle 30. Su inversión está en el orden de los $15 mil millones: $13.500 millones para ejecución de la obra y $2.500 millones para interventoría. Los trabajos empezaron en diciembre y desde entonces, tal como lo ha registrado EL HERALDO, largas filas de carros y tractomulas se generan a diferentes horas del día, poniendo a prueba la paciencia de los conductores.
Antonio Felfle, asesor del Ministerio de Transporte y funcionario que presidió ayer el encuentro en el Puerto de Barranquilla, advirtió que la situación es consecuencia de la falta de previsión de cada una de las partes afectadas e involucradas.
“Aquí todo el mundo tendrá que poner parte del sacrificio. Lo que veo aquí es que arrancamos obras y nadie se preocupó, sino ya después de estar metido en el meollo (…) Empecemos a correr horarios. Sacrificar un poco para poder avanzar. Fundamental que el constructor avance”, señaló Felfle durante la reunión.
Contratista
Luis Eduardo Barrios, representante legal de la firma Convías, aseguró que ya están definidos los diseños, las soluciones hidráulicas del proyecto y están coordinando con todas las sociedades portuarias y afectados para poder mejorar la movilidad.
“El problema de transporte lo han tenido toda la vida, lo que pasa es que se agravó ahora con el tema de la construcción vial. Estamos tratando de mejorar la movilidad con la obra, pero ahora están tomando medidas más correctivas, por ejemplo, que las mulas entren a un parqueadero mientras esperan su turno. Se ha debido hacer antes”, puntualizó Barrios a EL HERALDO.
Las obras se trabajan desde dos frentes: uno por la calle 30 y otro por la carrera 38. Afirmó que han avanzado casi un kilómetro de una sola calzada y que están programando entregar la obra a finales de noviembre.
Durante el encuentro, Barrios se comprometió a que los trabajos se ejecuten las 24 horas, solo si la Policía brinda la respectiva seguridad.
“La Policía se comprometió a darnos el apoyo y la idea es que en unos 8 días iniciemos los trabajos (…) Sabemos que es un proyecto importante para Barranquilla y la zona portuaria. Estamos haciendo lo posible para que avance bien”, manifestó el contratista.
El capitán José Luis Gómez, jefe encargado de la Policía Metropolitana de Tránsito, dijo que eso se coordinará directamente con el comando del departamento, pero advirtió que Convías, como ejecutor de obra, también debe tener su seguridad para trabajar en una red de apoyo.
El Ministerio de Transporte tiene en Bogotá comités de seguimiento con los camioneros, que la entonces ministra Abello asignó como sistemas de seguimiento a nivel nacional. Hace menos de un mes, contó Felfle a EL HERALDO, uno de esas juntas notificó que había una problemática en la zona portuaria de Barranquilla y se puso en contacto con el gerente del Puerto.
Sin entrada ni salida
Gabriel Martínez, encargado de la seguridad de la empresa Pizano, afirmó en la reunión que se ven afectados considerablemente cuando el trancón se pone en su punto máximo porque ninguna persona en carro “puede salir o entrar” de la compañía.
“Creo que cambiar el sentido ayuda una parte del problema. Implementar un carril exclusivo para tractomulas que se dirijan directamente al parqueadero Covadonga con ayuda de paleteros. Sucede, también, que las personas de transporte han colocado a las personas que hacen tiempo de las busetas cerca y hay momentos en que colapsa el tráfico”, indicó.
Jairo Amado, subgerente de la ruta de buses Coolitoral, afirmó que el funcionario allí no es un control de tiempo, sino que pone un sello a la cartulina para exigir al conductor llegar hasta allí, y dijo que aceptaría cualquier cambio de sentido vial que se establezca para mejorar la movilidad.
“Recomendaríamos que nosotros no entráramos hasta la Zona Franca y si tienen inconvenientes con el usuario, estaríamos dispuestos a suministrarles dos buses que hagan transbordo, sin costo, para que durante todo el día hagan el recorrido en esa zona, sea desde la rotonda de la 38 o Covadonga”, agregó.
La propuesta, si es aprobada, debe tener una fase de socialización con los usuarios. En la actualidad Coolitoral despacha ocho rutas que transitan por el sector.
El gerente del Puerto de Barranquilla, René Puche, propuso al cierre del encuentro definir un carril único para tractomulas, un espacio donde los conductores aguarden el tiempo necesario para que se despeje la vía y luego continúen con sus albores.
Fernando Isaza, secretario de Movilidad del Distrito, también propuso hacer un acta de compromiso, donde se establezcan las responsabilidades de cada actor en el tema y definir un comité de seguimiento de las medidas a concretarse. El próximo viernes habrá una nueva reunión para definir el comité de seguimiento y firmar el acta de compromiso.
Fuente: El heraldo
Fotografía: El heraldo
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