En Bogotá, el servicio de transporte especial, que incluye automóviles, camionetas y camperos con capacidad para cuatro pasajeros (sin contar al conductor), continuará con las mismas restricciones de pico y placa durante octubre de 2024. Aunque no se han presentado modificaciones en las normas, esta medida sigue generando debates sobre su impacto en la movilidad y su efectividad a la hora de reducir el tráfico en la capital.
La restricción se aplica de lunes a sábado, desde las 5:30 a.m. hasta las 9:00 p.m., en toda la ciudad, bajo la iniciativa “Bogotá, mi Ciudad, mi Casa”. Los domingos y días festivos, el pico y placa no aplica, ofreciendo una ventana de movilidad sin restricciones. Sin embargo, para muchos conductores y expertos en transporte, la duda persiste: ¿Está realmente mejorando la movilidad o simplemente afecta a un grupo reducido de vehículos sin atacar las raíces del problema?
El calendario de octubre
La Secretaría Distrital de Movilidad (SDM) ha publicado el calendario del pico y placa para octubre, que abarca la primera hasta la última semana del mes, estableciendo restricciones de circulación para vehículos dependiendo del número en el que terminan sus placas.
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Por ejemplo, en la primera semana, que va del 1 al 6 de octubre, el martes 1 podrán circular los vehículos cuyas placas finalicen en 1, 2, 5, 6, 7, 8, 9 y 0, mientras que los días miércoles y jueves las restricciones varían ligeramente para incluir o excluir ciertos números. El sábado 5 solo podrán circular vehículos con placas terminadas en 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 0, mientras que el domingo no se aplica la medida.
Impacto en el transporte especial
Si bien el transporte especial no representa un porcentaje tan alto del parque automotor de la ciudad, este sector es vital para la movilidad de ciertos grupos de la población que necesitan servicios dedicados, como personas con discapacidades, delegaciones empresariales y turistas. La implementación del pico y placa en este tipo de vehículos levanta preguntas sobre su efectividad en mejorar la movilidad general. En muchos casos, los vehículos de transporte especial son una alternativa más eficiente al uso del vehículo particular, ya que optimizan el número de pasajeros por vehículo, pero están siendo sometidos a las mismas restricciones que los automóviles privados.
El objetivo principal del pico y placa ha sido reducir el número de vehículos en las calles durante las horas pico. No obstante, las cifras indican que el tráfico sigue siendo un problema constante. Bogotá sigue experimentando embotellamientos significativos, especialmente en horas de la mañana y al final de la tarde, lo que sugiere que la medida no está logrando el impacto esperado.
Un problema de fondo
La cuestión de la movilidad en Bogotá no puede limitarse a restricciones vehiculares como el pico y placa. El transporte público sigue siendo insuficiente y poco eficiente, lo que obliga a muchos ciudadanos a optar por soluciones privadas, ya sea en vehículos particulares o en servicios de transporte especial. A pesar de los esfuerzos por mejorar la infraestructura, como la construcción de nuevas vías y la ampliación de rutas de transporte masivo, la demanda sobrepasa la oferta.
El Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) y TransMilenio continúan operando con sobrecupo en muchas rutas, lo que desincentiva su uso y lleva a un mayor número de vehículos particulares en las calles. Mientras no se refuercen estas alternativas y se ofrezcan soluciones de transporte público más cómodas, rápidas y seguras, las medidas restrictivas como el pico y placa seguirán generando molestias sin ofrecer un alivio real al problema del tráfico.
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Ante el evidente descontento de ciertos sectores de la población, algunas voces han propuesto revisar la medida de pico y placa para el transporte especial. En lugar de restringir su circulación, se podría considerar la implementación de incentivos para quienes ofrezcan servicios de transporte colectivo de manera más eficiente, con el fin de reducir el número de vehículos en las calles sin afectar a quienes dependen de estos servicios.
También se ha planteado la posibilidad de ajustar las tarifas para que el uso del transporte público resulte más atractivo que el de los vehículos particulares, pero hasta el momento no se ha logrado una solución efectiva.
¿Qué sigue para Bogotá?
A medida que se aproxima el final del año, Bogotá sigue enfrentando enormes desafíos en materia de movilidad. Aunque las políticas como el pico y placa buscan ofrecer soluciones a corto plazo, parece que la verdadera respuesta a los problemas de tráfico en la ciudad radica en una transformación más profunda del sistema de transporte.
La administración distrital debe seguir trabajando en mejorar la infraestructura vial y, al mismo tiempo, debe invertir en el fortalecimiento del transporte público, generando un sistema más integrado y eficiente que desincentive el uso del vehículo particular sin recurrir a medidas que penalicen sectores que, como el transporte especial, cumplen funciones esenciales en la movilidad de la ciudad.
Fuente: Alcaldía de Bogotá