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Polizones y la carga contaminada de altamar

El mar sigue siendo una de las rutas preferidas por el narcotráfico. Una modalidad es contaminar los buques mercantes que se encuentran fondeados o navegando lentamente a la salida o entrada de un puerto.

A nueve millas de Cartagena, el pasado 10 de enero, unidades de guardacostas con apoyo de efectivos de la Policía, incautaron un poco más de tonelada y media de cocaína a bordo de un buque mercante de bandera de Bermudas.

Seis días más tarde, en el golfo de Urabá fueron 510 kilogramos de clorhidrato de cocaína que estaban a bordo de otro buque de carga con bandera de Singapur.

Los dos buques mercantes a distancias de mar lejanas tuvieron un común denominador: polizones. La justicia deberá determinar su vinculación con la droga.

El Contralmirante Ricardo Rozo Obregón, comandante de la Fuerza Naval del Caribe, en diálogo con El Espectador, sostiene que las actividades de inteligencia y control del tráfico marítimo han identificado esta modalidad de tráfico de estupefacientes.

“Refiriéndonos a la tarea de combatir las nuevas modalidades del tráfico de estupefacientes, como la contaminación de buques de carga que se encuentran fondeados o en desplazamiento por nuestros mares colombianos, la estrategia inicia en el entrenamiento de nuestros hombres y mujeres, a través de las diversas Escuelas, como la Escuela Internacional de Guardacostas, donde adquieren el conocimiento y las herramientas necesarias para entender las diversas modalidades de tráfico ilícito de drogas”

Sostiene que en el 2020 se incautaron 142 toneladas de clorhidrato de cocaína en su jurisdicción en el Caribe colombiano. De este total, 19 pertenecen a la modalidad de contenedores.

Polizones colombianos entrando a Cartagena

El pasado 10 de enero el buque Dusseldorf Express con bandera de Bermudas cumplía su itinerario normal en las afueras de Cartagena. Con sus 4.616 contenedores, estaba a la deriva, término marinero, que se usa para expresar espera, mientras se le autorizaba su entrada a puerto.

Estaba en mar abierto, fuera del mar territorial, esa distancia mayor a 12 millas náuticas de la tierra o costa más cercana de Colombia.

Un promedio de 10 horas puede durar un buque mercante ,dependiendo del tránsito y movimiento en la bahía mientras se autoriza su ingreso. Se acerca a la boya de mar e inicia su navegación al puerto asignado. Son en promedio de 5 a 7 millas náuticas que se recorren en una hora y media aproximadamente.

La tripulación de este mercante era de la india y su cocinero ruso. Mientras esperaba su turno, el capitán del buque fue avisado por sus hombres sobre polizones en las cubiertas. Llamó a la estación de guardacostas de Cartagena usando su VHF Canal 16 , así fue escoltado a muelle seguro por una unidad de reacción rápida.

“Una vez ingresamos al buque se encuentran cinco personas que no eran orgánicas de la embarcación, escondidas en espacios sobre cubierta. Todos eran de nacionalidad colombiana. Se hace una coordinación con la policía antinarcóticos, la policía portuaria y con los organismos de inteligencia.

“Hacemos un perfilamiento de contenedores por la presencia de polizones, la embarcación se convierte en sensible para contaminación”, afirma el Capitán de Fragata Luis Fernando Lara, Comandante de la estación de Guardacostas de Cartagena.

Encuentran la droga en tres contenedores: 1.539 kilos de cocaína y 5 kilos de anfetaminas. El valor estimado de esta incautación es de 43 millones de dólares en el mercado internacional pero dependiendo de la zona donde se vaya a comercializar puede alcanzar los 123 millones, como es el caso del mercado europeo. La ruta de este buque era Estados Unidos – Cartagena, con destino final, Marruecos.

Esta es una cadena logística requiere conocer los contenedores, la ruta del buque, su ubicación, terminal portuario al que llegará entre muchos otros elementos, le afirma una fuente a El Espectador, son “muchas personas involucradas”.

Después de seis días de la operación en Cartagena, otro buque mercante con bandera de Singapur que tenía como destino Costa Rica, fue abordado por la estación de Guardacostas y la Compañía Antinarcóticos de Control Portuario en Urabá, ante el aviso de polizones.

Veinte maletas de color negro, al parecer fueron abandonadas por los individuos en horas de la madrugada antes de la presencia de las autoridades, contenían 510,11 kilogramos de clorhidrato de cocaína. Durante la operación no se presentaron capturas.

“Esta incautación logró evitar que cerca de 17 millones de dólares, precio del alijo en el mercado estadounidense, ingresara a las estructuras financieras de las organizaciones narcotraficantes en el Caribe colombiano”, sostiene la información de la Armada.

El capitán Lara de Guardacostas de Cartagena afirma: “No son piratas, no suben a robar, suben a contaminar” y comenta como los narcotraficantes se preparan para estas operaciones ilegales usando entre otros medios escaleras en pleno mar para abordar el buque mercante desde una lancha. “Una maniobra muy rápida, se han entrenado y tiene la agilidad. La droga la suben en paquetes separados entre 20 y 30 kilos”.

Esta situación ilegal puede comprometer en promedio a nueve personas de las cuales algunas se quedan a bordo, veedores del tránsito de la droga, y después se lanzan al agua.

Hace tres años El Espectador publicó una historia de esta modalidad que estaba empezando.

“La maniobra para cargar la droga, explicaron fuentes a este diario, se realiza por la popa por donde es más fácil el acceso al navío. Es la parte más fácil de abordar, utilizan ganchos y sogas para engancharlos desde la lancha y logran embarcarse en la motonave y de allí pasan el material el cual dejan en los contenedores (…) En la operación para incautar la droga fueron capturados 15 colombianos quienes vestían los trajes especiales”

La situación de la carga contaminada para contenedores ha encontrado aliados como lo es la firma de un memorando de entendimiento por parte de Colombia y el Programa Global de Control de Contenedores, una acción que viene desarrollando la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). El documento se suscribió en julio del 2019. “Este mecanismo busca fortalecer las estructuras y procesos que posibilitan la aplicación de leyes sostenibles para los Estados y los puertos seleccionados, con el fin de minimizar la explotación de contenedores marítimos para el tráfico ilícito de drogas y otras actividades de la delincuencia organizada transnacional” sostiene un comunicado de la cancillería colombiana.

Caribe, huracán, pandemia y narcotráfico.

Aunque la modalidad de contaminar los buques de carga no es nueva, los narcotraficantes siguen utilizando las antiguas formas para enviar la droga como las lanchas Go fast o el procedimiento de usar los conocidos parásitos, piezas que se adaptan a los cascos de los buques bajo la superficie del mar.

Los resultados de la Fuerza Naval en el 2020 contra el narcotráfico fueron satisfactorios en los más de 584 mil kilómetros cuadrados de territorio marítimo en el Caribe, inclusive en tiempos de pandemia.

“Quizá muy al principio de ella, como por los meses de marzo, abril y mayo, sí se alcanzó a percibir una leve disminución. Sin embargo, la misma condición de aislamiento y confinamiento, o las restricciones en el tráfico marítimo, así como nuestro trabajo continuo y dedicado, permitió el desarrollo de interdicciones marítimas a embarcaciones tipo go fast o buques transportando estupefacientes, logrando incautar por la Fuerza Naval del Caribe más de 142 toneladas de clorhidrato de cocaína en el 2020, una cifra histórica”, sostuvo el Almirante Rozo.

Con relación al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa catalina, los esfuerzos de la Armada continúan. “Las operaciones que durante años hemos desarrollado en el archipiélago con nuestras diferentes capacidades y medios para atender cualquier evento se han mantenido. Inclusive durante el paso del huracán Iota, todos los medios disponibles son utilizados en los elementos que requieren de nuestra acción decisiva en esa lucha contra el narcotráfico, situación que ha permitido en esa área de operaciones incautaciones por cerca de 4 toneladas el año inmediatamente anterior”.

Fuente: El Espectador

Imagen: Archivo El Espectador

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