No es precisamente Medellín, donde hay un vehículo por cada tres habitantes, la ciudad con mayor parque automotor de Latinoamérica. Sin embargo, ya hay alerta porque cada vez los carros y motos se apoderan más de los pocos kilómetros de vías que hay en la ciudad.
Mientras en la industria automotriz nacional se habla de rezago en ventas frente a otros mercados, los esfuerzos de los gobernantes locales apuntan a promover el uso del transporte público como alternativa para los desplazamientos habituales.
Las condiciones en Medellín son difíciles. Cada día ingresan más carros y motos, pero no son tantas las posibilidades de ampliar los 2.300 kilómetros de vías con que se cuenta, solo en zonas urbanas.
De acuerdo con las más recientes cifras de la Secretaría de Movilidad de Medellín y la Encuesta de Origen y Destino, del Área Metropolitana, en la capital antioqueña circulan 343 vehículos por cada 1.000 habitantes.
Pero, el indicador plantea diferencias en el territorio. Por ejemplo, mientras en la comuna 14 (El Poblado) ruedan 1.252 automotores por 1.000 habitantes (93 por ciento carros y 7 por ciento motos), en la 1 (Popular) se movilizan 111 por 1.000 habitantes (14 por ciento autos, 86 por ciento motocicletas). En Laureles también la motorización es elevada: casi se acerca al carro por persona (739 vehículos por 1.000 habitantes). Ver gráfico.
En el Centro, entre tanto, se presenta un fenómeno diferente. Hay una relación de 327 por 1.000 pero que, de acuerdo con las autoridades de la ciudad, está dada porque los carros que circulan allí no son de habitantes de esa zona, y corresponden a los viajes que se hacen desde ese lugar a otra parte y viceversa.
En el resto de las comunas de Medellín, según el Departamento Administrativo de Planeación, la tendencia de circulación de vehículos es más baja, pero anotan que si se dejan avanzar en poco tiempo habrá cifras altas y el crecimiento de las vías no alcanzará a suplir el aumento del parque automotor.
Para Juan Esteban Martínez, subdirector de Movilidad del Área Metropolitana, la ecuación es simple: hoy en Medellín hay tres habitantes por vehículo y en El Poblado cada familia tiene tres carros. En Laureles se acerca a los dos vehículos por casa.
Bajarse del carro
Mientras crece el parque automotor, el sistema de transporte público igualmente se expande y avanza en su consolidación, pero aún sigue siendo usado por necesidad y no por alternativa, como se busca.
Según, Jerónimo Cifuentes Ruiz, investigador del Departamento Administrativo de Planeación Municipal, la idea que, incluso, está planteada en el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT), es generar condiciones para que las personas dejen el carro en un parqueadero y continúen los desplazamientos hacia su destino en metro, metrocable, tranvía, metroplús o microbús.
También —agrega— el plan para frenar el creciente uso del vehículo particular consiste en hacer más ciclorrutas, fortalecer el sistema de bicicletas públicas y continuar con la construcción de corredores peatonales.
“Volteamos la pirámide de la movilidad. Antes el vehículo particular era los más importante, ahora los reyes son el peatón y el ciclista. No se trata de satanizar el vehículo, pero debe existir intermodalidad, es decir, que se pueda salir en carro o moto, por ejemplo los fines de semana. Que haya más alternativas, sin congestionar la ciudad y colapsar las vías”, asevera Cifuentes.
La dinámica del país
Mucho falta por descubrir para la industria automotriz en Colombia. De hecho, aún el negocio es insípido, según piensan directivos gremiales.
Al respecto, Martínez, sentencia que a comienzos de año se estaban vendiendo en el país alrededor de 300.000 vehículos nuevos, sin contar los de segunda, que también alimentan la dinámica del mercado.
“En los últimos cuatro años las cifras de crecimiento del parque automotor han sido muy grandes y esto, en parte, porque ha habido una recuperación de la economía. Los esfuerzos ahora son, no a que la gente deje de comprar carro, sino a que hagan un uso racional del mismo”, acota el funcionario.
Para Martínez, a medida de que los ingresos aumentan en los hogares de Medellín hay más disposición económica y financiera para adquirir vehículo.
“Por eso, en los estratos bajos predomina la compra y circulación de las motos. Ahí, en estratos medios y bajos, se debe fortalecer el transporte público colectivo, con tarifas económicas, por ejemplo, que puedan hacerle competencia al uso de la moto”, anota, en tanto recuerda que las tasas de accidentalidad relacionadas a ese vehículo son altas.
Otra opción de transporte
Detener el creciente parque automotor en Medellín es urgente y requiere de medidas que impacten el transporte público.
El experto en movilidad, Rodrigo Salazar Pineda, recuerda que en el año 1964, en Medellín había 25 habitantes por vehículo. Lo dice para demostrar el incremento inusitado de los carros.
“Hay familias donde hay más vehículos que personas. Y la tendencia mundial va a esto: en América Latina, por ejemplo, se están motorizando los estratos bajo y medio. Los altos solo cambian de vehículo”, explica.
Salazar está convencido que la industria automotriz es fuerte y que seguirá presionando el mercado, por eso —añade—hay que asumir la posición de los países ricos a largo plazo: “promover el transporte urbano, pero no obligando a no usar el carro o la moto, sino con un transporte que atraiga a las personas”.
Pineda, va más allá de la promoción del sistema de transporte actual y asegura que hay que buscar nuevas alternativas como el vehículo compartido que, agrega, ya funcionaban a finales del siglo pasado.
“También aparecen, como una propuesta para tener en cuenta la figura de transporte urbano como el microbús por llamada telefónica, donde por medio de una central el usuario solicita el servicio y él pone el destino. Lo diferente es que en ese mismo vehículo recogen 5 o 7 personas más. Es un transporte que no tienen ni ruta fija ni horario fijo”, considera.
La situación no es para relajarse, concluyen autoridades y expertos. Algunos, además de las propuestas de transporte público, bicicletas y senderos peatonales, plantean también que los gobiernos compren los vehículos de modelos inferiores a 1995 para chatarrizar y modernizar el parque.
Otros creen que entre los impuestos de rodamiento y al comprar vehículo nuevo se deben recaudar recursos para que las personas con carros de más de 15 años de usados puedan entregarlos y obtener un bono para comprar uno nuevo.
También coinciden los gurús de la movilidad y los planeadores de la ciudad, que en Medellín estamos muy a tiempo de encontrar soluciones. Por ahora hay una alerta, sobre todo en El Poblado. En otras ciudades las tasas son más elevadas, pero el espacio que tenemos en este Valle de Aburrá nos obliga a asumir correctivos .
Cada día ingresan más carros y motos, pero no son tantas las posibilidades de ampliar los 2.300 kilómetros de vías con que se cuenta, solo en zonas urbanas.
Fuente: El Colombiano
Fotografía: Wikimedia
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