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Retén ilegal en la vía Panamericana: la inseguridad que paraliza el transporte de carga

Retén
Crédito Imagen: Invías

Este domingo 20 de octubre, la vía Panamericana en el sector de El Túnel, Cauca, fue nuevamente escenario de violencia e inseguridad que afecta de manera alarmante a los transportistas, especialmente a los conductores de carga, quienes quedaron atrapados en un retén ilegal instalado por disidencias del frente ‘Dagoberto Ramos’. Este suceso, que ha causado gran preocupación en el gremio transportador, no solo pone en riesgo las vidas de los conductores, sino que impacta severamente la economía y logística de la región.

En un video que circula ampliamente en redes sociales, se puede observar cómo los disidentes obligan a detenerse a un vehículo de carga. Las imágenes captan a un grupo de personas que, ubicadas cerca de una vivienda al borde de la carretera, saltan repentinamente a la vía para detener el camión. “Lo hicieron orillarse. ¡Dios mío!”, se escucha en el audio del video, reflejando el temor e impotencia de quienes viven este tipo de situaciones cotidianamente en esta zona de alto conflicto.

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La situación de inseguridad se extendió por varias horas en la zona de Piendamó, donde, tras fuertes combates con el Ejército Nacional, se confirmó la captura de tres presuntos integrantes de la estructura criminal y la incautación de material de guerra. Tropas de la Brigada 29 lograron recuperar el control de la carretera, pero el incidente deja en evidencia el creciente clima de violencia en la región.

El representante a la Cámara, Ermes Pete, expresó su preocupación y denunció que “la estructura narcoparamilitar ‘Dagoberto Ramos’ instaló un retén ilegal en el sector del Túnel, Piendamó, lo que desató un enfrentamiento armado con el Ejército. Esto genera un ambiente de desarmonización y peligro para las comunidades locales, afectando también a los transportadores que dependen de esta vía para su trabajo diario”.

Transportadores, las víctimas olvidadas del conflicto

Los transportistas, y en especial aquellos que mueven carga pesada, son uno de los grupos más afectados por estos retenes ilegales. La vía Panamericana es una arteria crucial para la economía de la región y del país, conectando el suroccidente colombiano con el resto del territorio nacional. Sin embargo, la constante amenaza de grupos armados, como las disidencias de las FARC y el ELN, ha convertido este corredor vial en un campo minado de peligros.

El temor a ser retenidos, robados o incluso atacados no es nuevo para los conductores que circulan por esta zona. Hace menos de una semana, un grupo armado incendió un bus de servicio público y robó varias camionetas en el tramo Popayán – Pasto, otro hecho que evidencia la escalada de violencia en la región. Estos incidentes no solo comprometen la seguridad de los transportadores, sino que también afectan la cadena de suministro, generando retrasos y pérdidas económicas considerables.

El llamado a las autoridades

En medio de la incertidumbre, las autoridades locales han hecho un llamado urgente al Gobierno Nacional para que tome medidas efectivas que garanticen la seguridad en la región. “Es imperativo que las autoridades actúen de manera inmediata y tomen decisiones que restauren la paz y seguridad en nuestro territorio”, señaló Ermes Pete, quien también hizo un llamado a los organismos internacionales para que realicen veeduría de la situación en Cauca.

El general Federico Mejía, comandante del Comando Específico, informó que las operaciones militares continúan con el despliegue de 1.400 soldados en el Cañón del Micay, una de las zonas más afectadas por la presencia de grupos armados. Tras 24 horas de retención, el general confirmó la liberación de varios militares que habían sido retenidos por presiones de la comunidad.

Este tipo de incidentes pone en la mesa la urgente necesidad de mejorar las condiciones de seguridad en las carreteras del suroccidente del país. Las disidencias de grupos armados y el narcotráfico se han convertido en una amenaza constante que no solo impacta a las comunidades rurales, sino también a los transportadores que, a diario, ponen en riesgo sus vidas al transitar por estas rutas.

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El transporte de carga, pilar fundamental de la economía colombiana, está bajo asedio. La pregunta que queda es: ¿hasta cuándo las autoridades permitirán que estos grupos armados paralicen una de las actividades más importantes para el desarrollo del país? Las acciones militares son necesarias, pero es urgente un enfoque integral que no solo persiga a los criminales, sino que también proteja a los ciudadanos que dependen de estas vías para su subsistencia.

La vía Panamericana, que debería ser un símbolo de conexión y desarrollo, hoy está marcada por la violencia y la incertidumbre. Los transportadores, por su parte, siguen a la espera de soluciones que les permitan hacer su trabajo sin tener que enfrentarse a la muerte en cada kilómetro.

Fuente: ET