La construcción de la vía Bogotá-Girardot, uno de los proyectos más esperados de infraestructura vial en Colombia, enfrenta nuevos retos y retrasos que han generado malestar entre la comunidad. Según lo expuesto por el presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Francisco Ospina, la obra no estará lista al finalizar el 2024, a pesar de los esfuerzos para acelerar su ejecución tras una serie de protestas.
El proyecto, considerado un corredor vital para el acceso y la salida de Bogotá, es clave no solo para los habitantes de la capital, sino también para quienes se desplazan hacia el sur del país. Sin embargo, el retraso de la obra ha generado incertidumbre, sobre todo de cara a la temporada de fin de año, cuando la movilidad en este tramo se vuelve especialmente crítica debido al aumento en el número de viajeros.
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En respuesta a las recientes protestas, Ospina reconoció que existen diversas inconformidades por parte de la comunidad, especialmente por las demoras en la entrega de la obra y la falta de avances en ciertos puntos críticos del tramo. Entre las principales peticiones se encuentran la construcción de puentes peatonales, mejoras en paradas de buses y la atención de pequeñas obras que los habitantes consideran esenciales para su seguridad y comodidad.
“Hay varias inconformidades, que no necesariamente vienen de las gestiones que se han realizado durante este año. Varios de los puntos que está tocando la comunidad se van a atender desde el proyecto de concesión”, explicó Ospina, quien enfatizó que el objetivo principal es lograr avances significativos antes de que finalice el año. Sin embargo, dejó claro que no será posible atender todas las solicitudes de la comunidad debido a los límites establecidos en los contratos vigentes.
A pesar de los obstáculos, Ospina aseguró que la ANI busca entregar entre el 75% y el 80% del proyecto al cierre de 2024, con el fin de garantizar una mejor movilidad durante las festividades de fin de año. Aunque este porcentaje es menor al esperado por muchos, representa un esfuerzo por mitigar el impacto de las demoras y evitar grandes atascos en una de las rutas más transitadas del país.
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La importancia de la vía Bogotá-Girardot radica en que conecta la capital con el sur del país, y es un corredor fundamental para el transporte de carga y pasajeros. Los constantes retrasos en la obra no solo afectan la movilidad de los ciudadanos, sino que también representan pérdidas económicas tanto para el sector transporte como para el comercio.
Además del avance en la vía Bogotá-Girardot, Ospina reveló que se están destinando importantes recursos para la modernización de varios aeropuertos nacionales, entre los cuales se incluyen el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón en Cali, el aeropuerto Gerardo Tobar de Buenaventura, y el aeropuerto El Dorado en Bogotá, que ya atienden la movilidad de casi 16 millones de pasajeros al año.
Con una inversión prevista de $386.000 millones, se busca actualizar la infraestructura aeroportuaria para mejorar la capacidad de atención y asegurar un servicio eficiente en todo el país. Este plan de actualización es una parte crucial de la estrategia del gobierno para impulsar la conectividad aérea y fortalecer la red de transporte nacional, lo que también contribuirá al desarrollo de regiones clave como el suroccidente colombiano.
Fuente: La Republica
