Estudio muestra modelos actuales y sus transformaciones a nivel global
No cabe duda que los puertos son los puntos neurálgicos del comercio y la cadena logística mundial. Sin embargo, su naturaleza dinámica los convierte en blancos fácilmente afectados por disrupciones financieras-económicas provocadas por crisis con impacto global (como la crisis del 2009, la pandemia del COVID-19, guerra comercial EEUU-China, Brexit). Los efectos se sienten casi de inmediato, viendo un impacto en indicadores como el multiplicador PIB -métrica utilizada para unir los ingresos de un país con sus importaciones contenerizadas- que bajó casi a la mitad de 2,2 a inicios de los años 2000 a 1,3 dos décadas más tarde.
Ante los problemas que comienzan a sentir los puertos, navieras y demás actores logísticos, comienzan a consolidar estrategias de integración horizontal para el control de costos -como alianzas navieras- y diferenciación de servicios a través de la integración vertical en la cadena de suministro. “Los puertos compiten no como actividades individuales que manejan naves, sino como nodos cruciales, uniendo a las cadenas de suministro globales que compiten entre sí. Por lo tanto, los criterios de selección de puertos y rutas por parte de los expedidores y navieras se basan, en la red completa donde el puerto es solo un eslabón más de la cadena”, lee la introducción al estudio de Maritime Economics & Logistics “Port management and governance in a post-COVID-19 era: quo vadis?”, por Theo E. Notteboom y Hercules E. Haralambides, que analiza los modelos actuales de gobernanza portuaria y cómo estos están siendo afectados por los cambios provocados por la pandemia.
Analizando los modelos actuales
El documento propone estudiar acercamientos más fluidos respecto de los modelos de gobernanza de administración portuaria, desde una perspectiva académica pero orientado hacia aplicaciones prácticas. Según cita el artículo, se pueden distinguir cuatro modelos de administración portuaria: el puerto de servicio privado, el puerto propietario, el puerto herramienta y el puerto servicio. Las diferencias entre estos modelos se definen de acuerdo a factores como el tipo de proveedor de servicio (público, privado o mixto), su orientación (local, regional o global), propiedad de la infraestrucrura, superestructura y activos y el estatus de trabajo y administración del trabajo en puerto. Además, se debe tomar en consideración a la autoridad portuaria y sus objetivos, donde los puertos de servicio y de herramienta servirían principalmente a intereses públicos, los privados actuarían persiguiendo los beneficios de accionistas, mientras que los puertos propietarios estarían en un equilibrio entre público y privado. De acuerdo al documento, este último sería el más común (alrededor de 80% de los puertos del mundo), donde la autoridad marítima es el ‘propietario’ y concesiona la operación. Sin embargo, a pesar de su popularidad, este modelo resulta burocrático y está lleno de tecnicismos donde es dueño ‘en papel’, con poca o casi nula autonomía real pero sí con la responsabilidad de una operación exitosa.
De acuerdo a estudios académicos y prácticas de negocios, se evidencia que no existe una aplicación real de un modelo de gobernanza específico, sino que se van sufriendo grandes y pequeñas alteraciones en el tiempo, resultando en sistemas afectados por programas gubernamentales e intereses privados. Puertos públicos con administraciones privadas son la tónica general (especialmente en las economías occidentales), donde el influjo de capital ayuda a bajar costos, beneficiando a importadores y exportadores y donde la autoridad marítima regula en nombre del Estado.
Cambios en la gobernanza
No es necesario hacer una reforma a gran escala para cambiar el sistema de gobernanza. Pequeños cambios dan resultados según la ‘plasticidad institucional’, donde el modelo existente se modifica de a poco y no una transformación radical. Según sean los desafíos y oportunidades que cada puerto enfrenta – prioridades de desarrollo social y económico, relaciones puerto-cuidad, dinámicas espaciales, presiones ambientales, entre otros- será cómo se orienten los cambios en el modelo de administración, que irá tomando una vida propia y auténtica.
Una manera de incorporar cambios es analizar las mejores prácticas de puertos similares y ver su factibilidad de aplicación. La tendencia se aleja de imponer sistemas estandarizados, acercándose más a soluciones a medida que satisfagan las necesidades dinámicas propias de la naturaleza del negocio portuario.
Fuente: Mundo Marítimo
Imagen: Archivo Mundo Marítimo