Transporte

Uber Vs. el mal servicio público

El fin de semana pasado, UberX llegó oficialmente a Bucaramanga y se convirtió en la quinta ciudad del país en tener disponible ese servicio. A través de la aplicación para teléfonos inteligentes, esta alternativa de transporte, que ha impactado la forma de movilizarse en el mundo, se convirtió en una nueva opción para los bumangueses […]

El fin de semana pasado, UberX llegó oficialmente a Bucaramanga y se convirtió en la quinta ciudad del país en tener disponible ese servicio. A través de la aplicación para teléfonos inteligentes, esta alternativa de transporte, que ha impactado la forma de movilizarse en el mundo, se convirtió en una nueva opción para los bumangueses y habitantes del área metropolitana.

De inmediato, al igual que ha ocurrido en otros lugares, los usuarios aplaudie-ron la llegada de esta plataforma, que representa la posibilidad de tener un servicio confortable, donde la amabilidad y la excelente presentación tanto de vehículos como de conductores son la regla. Pero, como era de esperarse, el gremio de los taxistas rechazó de inmediato la llegada de UberX y, como generalmente sucede cuando no están de acuerdo con alguna situación que afecte sus intereses, amenazaron con ir a paro.

Sorprendieron además las declaraciones del gobernador electo, Didier Tavera, según las cuales apoyará a los taxistas y se opondrá al funcionamiento de UberX.

No se entiende cómo se sigue creyendo que prohibiendo la operación de este medio alternativo es como los usuarios buscarán mantenerse en el uso del transporte público convencional. La masificación de Uber es inevitable y la única manera de que taxis y demás medios de transporte público ganen usuarios es mediante la prestación de un servicio de calidad. Es precisamente esa fatiga con el mal servicio la que ha llevado a que los usuarios reciban a Uber con tanta expectativa.

En Bucaramanga, al igual que en otras ciudades del país, es habitual lidiar con taxistas que rechazan prestar un servicio si la ruta no les satisface, o que manejan de forma agresiva e irresponsable; además, muchos de los que están al volante suelen tratar a sus usuarios de forma displicente y el aseo de sus vehículos así como el tamaño, el estado y la edad dejan mucho qué desear.

Por supuesto que no es esta la generalidad y la mayoría no cabe dentro de estas descripciones.

Sorprende que desde las autoridades se tome partido de la situación y no que, como se esperaría, antes de oponerse a la llegada de un competidor, se exija a los transportadores que cumplan sus obligaciones y presten un servicio de calidad, como es su deber.

La llegada de Uber es imparable y no es con prohibiciones ni amenazas como se logrará frenar esta alternativa de transporte. Solo con un buen servicio, donde la calidad, el respeto y la limpieza sean la constante, es como el transporte tradicional logrará mantenerse entre las opciones de los usuarios.

Fuente: La Vanguardia

Fotografía: Wikipedia

Ver articulo original