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Desarrollo urbano y movilidad

La irresponsabilidad e imprevisión de los gobiernos (nacional, departamental y local), reflejada inequívocamente en el precario e irresponsable desarrollo urbano, afecta directamente la calidad de vida de los ciudadanos. La congestión vehicular, el pésimo estado de la red vial urbana, sin señalización y con semaforización caótica, entre otros, son factores indiscutibles que inciden   en la […]

La irresponsabilidad e imprevisión de los gobiernos (nacional, departamental y local), reflejada inequívocamente en el precario e irresponsable desarrollo urbano, afecta directamente la calidad de vida de los ciudadanos. La congestión vehicular, el pésimo estado de la red vial urbana, sin señalización y con semaforización caótica, entre otros, son factores indiscutibles que inciden   en la calidad  de vida.

El Banco Mundial, concluyó que por cada peso que deja de invertir el estado, en construcción y conservación de vías, el usuario pierde cuatro pesos. Es común opinar sobre movilidad.  Los  candidatos en campaña, la toman como golosina, sin ningún elemento de juicio, en muchos casos. En otros, movidos por  oportunistas del mercado vehicular y contratistas. El tema sirve al populismo y abre ventanas a la inocultable corrupción público-administrativa.

Los problemas de movilidad urbana y su solución, exigen responsable estudio técnico-económico y social,  que  interprete y respete los derechos e intereses legítimos de  todos y debe incluir planes y programas concretos de desarrollo urbano, para el mediano y largo plazo.

La flota de transporte urbano de Neiva,  supera la demanda. La calidad es aceptable. Está integrada por unos 680 colectivos. Por competencias ilegales e irresponsabilidad de la autoridad, dejó de ser rentable. Es un  problema de  dimensión socio-económica grave. Por ahí deben comenzar  el análisis y diseño de soluciones al problema de  la movilidad urbana. El objetivo no debe ser los contratos, sino conocer honestamente la realidad, sus causas y sus previsibles consecuencias.

El populismo perverso del gobierno y el régimen que representa, engatusa a incautos, y los gobiernos locales lo asumen como oportunidad de contratación, por obvias razones. El  nefasto gobierno de Uribe, el del festín de las concesiones viales, engolosinó a los locales con   financiación del 70% para sistemas masivos de transporte. Los  locales, no dudan en hipotecar los presupuestos con Vigencias Futuras, bajo la bendición irresponsable de los Concejales.

Los gobernantes y  candidatos, deben informarse sobre lo que ocurre con los sistemas masivos; en Cali, Pereira, Barranquilla,  Bucaramanga, Bogotá, en  términos de rentabilidad, viabilidad y solución de movilidad. La motorización del transporte particular está haciendo agua la industria de transporte urbano de pasajeros. Estudios resientes indican que en Colombia,  circula un vehículo por cada siete habitantes y que en 2.040, en el planeta, habrá un vehículo por cada habitante. Sondeos  reciente, sobre  utilización porcentual, de la oferta de transporte urbano, en las ciudades capitales, indican que se agudizó la tendencia a la sustitución del transporte público urbano por el particular (carros y motos),  estimulada por causas plenamente identificadas.

El fenómeno del mototaxismo, es responsabilidad de los gobiernos y el modelo económico-político que representan. La solución le corresponde al gobierno.
Neiva requiere con urgencia, programas concertados entre empresarios del transporte y autoridad, para educar a usuarios y operadores, en el correcto  uso del sistema. Sobre movilidad, se especulan mucho. La violencia e inseguridad ciudadana, la atizan el desempleo y la informalidad. Gobernar exige conocimiento, análisis, honestidad y responsabilidad.

Fuente: La Nación 

Fotografía: Wikipedia

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