La seguridad vial es una prioridad en Colombia, y el departamento del Atlántico no es la excepción. En un esfuerzo conjunto por reducir los índices de siniestralidad, la ministra de Transporte, María Constanza García, en compañía del director del Instituto de Tránsito del Atlántico, Carlos Granados, presentó un plan que apuesta por la implementación de nuevas tecnologías para fortalecer la seguridad en las vías del departamento. Estas acciones buscan frenar la principal causa de accidentes en la región: el exceso de velocidad.
El uso de cámaras de fotodetección es uno de los pilares del plan, el cual pretende controlar el comportamiento de los conductores y reducir hasta en un 70 % la siniestralidad en las carreteras. Para la ministra García, esta estrategia está en línea con las políticas nacionales de movilidad y seguridad vial, resaltando que la mayor parte de los accidentes de tránsito son prevenibles si se implementan controles eficientes.
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“Celebro que la seguridad vial sea una prioridad para la Secretaría de Tránsito del Atlántico, porque se alinea con los planes del Gobierno nacional. Hoy, la siniestralidad es una de las principales problemáticas en la movilidad del país”, afirmó García. La ministra recordó que, en 2022, 8.429 personas perdieron la vida en accidentes de tránsito, y aseguró que muchas de estas tragedias pudieron evitarse con mayor control y educación vial.
El reto de la siniestralidad: control, educación y campañas
Para enfrentar esta problemática, la ministra García enfatizó en tres elementos clave: control, pedagogía y campañas de concienciación. El primero de estos, el control, se verá fortalecido con la implementación de nuevas tecnologías, como las cámaras de fotodetección, que permitirán no solo monitorear el cumplimiento de las señales de tránsito, sino también verificar el estado de los vehículos.
“El control puede reducir hasta el 70 % de los accidentes. Revisando a nivel nacional, el exceso de velocidad sigue siendo la principal causa de siniestralidad en el Atlántico. Aunque factores como el estado de la infraestructura y las fallas mecánicas también inciden, el control adecuado puede prevenir muchas tragedias en nuestras vías”, añadió García.
Uno de los puntos críticos destacados fue la falta de cumplimiento con requisitos como el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) y la revisión técnico-mecánica. La ministra subrayó la importancia de tener estos documentos al día, ya que pueden marcar la diferencia en la gravedad de un accidente. En este sentido, las nuevas tecnologías también facilitarán la identificación de vehículos que circulan sin estos documentos, con el objetivo de sancionar y prevenir incidentes.
El Atlántico se suma al cambio
El director del Instituto de Tránsito del Atlántico, Carlos Granados, destacó que el sistema de vigilancia y control con cámaras no es una novedad en el departamento, ya que lleva operando 12 años. Sin embargo, la modernización de esta tecnología permitirá un control más eficiente, especialmente en lo relacionado con el exceso de velocidad y la verificación del SOAT y la revisión técnico-mecánica.
“Con esta medida de innovación tecnológica, logramos un mayor control en las vías, reduciendo los límites de velocidad y garantizando que los conductores tengan su seguro obligatorio y revisión técnico-mecánica al día. Esto no solo evita sanciones, sino que también disminuye significativamente las cifras de siniestralidad”, aseguró Granados.
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La experiencia de otros departamentos, como Cesar, Sucre, Bolívar y Magdalena, que ya han implementado esta tecnología, ha demostrado una reducción importante en los accidentes de tránsito. Según datos presentados por la ministra García, estas regiones han mostrado una tendencia favorable en la disminución de la siniestralidad, lo que reafirma la necesidad de replicar este modelo en Atlántico.
Un futuro más seguro
El desafío para el Atlántico y para Colombia es claro: la siniestralidad en las vías debe reducirse, y para ello, el uso de tecnologías avanzadas es fundamental. Sin embargo, el éxito de estas iniciativas no depende únicamente del control, sino también de la educación y la concienciación de los ciudadanos. Las campañas pedagógicas y la sensibilización sobre la importancia del cumplimiento de las normas de tránsito serán esenciales para que estas estrategias tengan un impacto duradero.
Fuente: EU