Transporte Terrestre

El metro está vivo

Los metros, como si fueran un organismo vivo, desde su nacimiento no paran de crecer. Nuestra responsabilidad es adelantar, lo más pronto posible, la primera línea del metro de Bogotá, pero también sentar las bases de una red de transporte público que cambiará, para siempre, la vida de los bogotanos.

El reto es grande: darle el empujón final al proyecto de infraestructura de transporte más importante que se haya desarrollado en Colombia. En el segundo semestre de este año empezarán las obras de la Primera Línea del Metro de Bogotá en el patio taller, en Bosa, y en la avenida Caracas con calle 72, donde construiremos un intercambio vial deprimido.

Esta fase previa debe terminar en enero de 2023, cuando comenzará la construcción del viaducto, que debe estar listo en agosto de 2027. Para entonces, Bogotá será otra ciudad, con nuevas ciclorrutas, parques, plazoletas, una dinámica distinta en los barrios, modernas edificaciones y mayor calidad de vida para las personas, con menos congestión y mejor calidad del aire.

Un estudio realizado por Marco González-Navarro, de la Universidad de Toronto, y Matthew A. Turner, de la Universidad Brown, concluyó que los metros estimulan el uso del transporte público en general, y los investigadores Baum-Snow y Kahn aseguran que, además, las distancias de los desplazamientos en automóvil son más cortas, lo cual significa menos carros en la calle, menos trancones, tráfico más fluido, menor consumo de combustible y menos polución.

De acuerdo con un artículo publicado por el economista Mark Partridge en el Journal of Economic Geography de la Universidad de Oxford, los metros, además, impulsan el empleo, no solo durante su construcción, sino después, debido a la relocalización de las actividades comerciales a lo largo de los trazados.

Además, una vez iniciados, no se detienen. El metro de Londres, el primero que se construyó en el mundo, que comenzó a funcionar en 1863, ha tenido sucesivas ampliaciones y variaciones a lo largo de más de siglo y medio, y espera inaugurar una nueva línea, la Elizabeth Line, este 2021.

El metro de Shanghái, el más extenso del mundo, con 743 kilómetros, no deja de crecer. En los últimos cinco años se han proyectado tres nuevas líneas y se espera que, cuando terminen las obras, complete casi mil kilómetros en operación.

En Bogotá llevamos varios meses trabajando en la Línea 2, que partirá de la calle 72 con Caracas hasta Suba, pasando por Engativá.

Los primeros análisis nos indican que esta segunda línea tendrá 16 kilómetros con 12 nuevas estaciones y movilizará 45.000 pasajeros hora en cada sentido; además, firmamos un contrato con la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN) para realizar nuevos estudios que nos ayudarán a determinar, entre otros aspectos, cuál será el impacto ambiental y social de la construcción de esta nueva línea, cómo deberían ser los trenes, las estaciones y los edificios, los costos de inversión y operación y, adicionalmente, estudiar todas las condiciones, legales, financieras y de riesgos que nos permitan obtener el aval del Gobierno Nacional y abrir la licitación para su ejecución.

El metro de Bogotá seguirá creciendo. El plan de movilidad 2020-2035 contempla la posibilidad de extender el tramo 1 hasta la calle 200, para aliviar el pesado tráfico de la autopista Norte, y proyectar una nueva línea a lo largo de la avenida Boyacá, que tendría 40 kilómetros, el tramo más largo de nuestra red de transporte metropolitano. Nuestro progreso no se interrumpe, el proceso del cual hoy tenemos la suerte de ser testigos marcará la dinámica de la capital para siempre y cada día podremos sentir con más intensidad cómo el metro forma parte de nuestras vidas.

Fuente: El Tiempo

Imagen: El Tiempo

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