La fibra de fique se vuelve un producto de exportación
Luego de 11 años, y de haber superado una crisis económica, la empresa Empaques del Cauca busca retomar su proyecto de expansión para llevar el fique colombiano al mercado internacional. Con tal fin, el pasado 10 de octubre embarcaron 33.000 sacos de fique con destino a México, que serán usados para empacar chiles. Son los mismos sacos que se usan en Colombia como empaques de productos agrícolas tipo exportación, como arroz, café y cacao.
Esta fibra natural, que es obtenida del fique y que en algunas regiones se le conoce como cabuya, ha sido utilizada en el país además para la fabricación de sogas, alpargatas y artículos de artesanía. A principios de este año, además del de México, un contenedor con la fibra llegó a la ciudad de Murcia, en España, con el objetivo de ser utilizada en pruebas industriales que buscan sustituir las fibras de vidrios con la que se fabrican los techos de los yates y barcos. Este es un gran paso para la compañía que del 2001 al 2006 había logrado que el fique cruzará fronteras y llegara a países como Ecuador, Venezuela, Perú y Costa Rica, y que vio truncado el éxito de su producto en el mercado internacional por la caída del precio del dólar, que, según Marta Misas, coordinadora de exportaciones de la empresa, no le permitió competir con la oferta de productos a base de polietilenos, como las bolsas plásticas que se usan en los hogares y con los sacos plásticos que usan en la agroindustria. La empresa ahora no solo busca volver a comercializar sus productos tradicionales, sino que también intenta posicionarse en la venta de subproductos que se desperdician durante el proceso de desfibrado de las hojas de fique. “Nuestra misión es seguir atendiendo el mercado nacional y expandirnos en el mundo, diversificando nuestros productos, por lo que iniciamos investigaciones para identificar nuestras oportunidades”, aseguró Lupercio Camacho, gerente de la organización. De este modo, esta empresa caucana encontró que los jugos y biomasas que se generan en el proceso de producción de la fibra se pueden aprovechar para obtener bases para las sapogeninas, que son usadas en la elaboración de medicamentos antialérgicos y en la fabricación de aceites grasos que se utilizan para recubrir cápsulas y alimentos. Así mismo, esos subproductos se utilizan para obtener las bases del alcohol industrial. El mismo estudio les permitió encontrar mercados potenciales en los que aparecieron Bélgica, Alemania y Austria como posibles compradores de subproductos, y Ecuador, Chile, Perú y Costa Rica como mercados interesados en hilos, cordeles y sacos para la agroindustria. “Las condiciones en el mercado internacional son atractivas para nuestro sector porque hay un gran interés en los productos de fibra natural de categoría mundial que puedan sustituir la fibra de vidrio y el polietileno usado en las bolsas plásticas; el fique es una de las mejores alternativas por su calidad, precio y sostenibilidad ambiental”, dijo el gerente. Esta empresa que funciona desde hace 52 años en Popayán emplea indirectamente a 12.000 familias campesinas, afro e indígenas que cultivan la fibra natural a lo largo del departamento del Cauca.
Panela orgánica se abre espacio en AsiaDesde el municipio de Consacá, ubicado en el departamento de Nariño, la empresa familiar Auno S.A.S. produce y comercializa panela orgánica con presentación pulverizada. Esta compañía, que tan solo lleva dos años de operación, ya hizo su primera exportación el pasado 10 de febrero a Corea del Sur. Para esto, Auno S.A.S. recibió la asesoría de la agencia gubernamental ProColombia en el registro de origen del alimento y en la conexión con la organización compradora en el continente asiático. Ahora están en conversaciones para un próximo envío del producto. La empresa productora de panela también se encuentra a la espera de recibir la certificación de calidad orgánica para entrar a comercializar del todo en el mercado internacional, apuntando a países como Estados Unidos y España. Mientras tanto, su tradicional producto se vende en los departamentos de Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca, Huila y Putumayo. “Nuestra panela es de origen, siembra y cosecha orgánica, no usamos químicos, y por eso nuestra meta es obtener la certificación y atender la demanda de productos para la canasta de alimentos orgánicos”, asegura Juan David Martínez, administrador y propietario de Auno y quien recibió la tradición de producir panela como una herencia familiar.
Lanchas samarias navegan en ÁfricaEn Santa Marta se diseñaron y ensamblaron dos botes patrulleros que ahora navegan en Guinea Bissau, al occidente de África. La familia Barbosa, originaria de la capital del país, es la fundadora del Grupo BW Ltda., una empresa familiar que desde hace ocho años se dedica a importar desde China motores diésel para lanchas y a diseñar botes especializados. La comercializadora nació en 2009, a raíz de una necesidad que identificaron en el mercado de las costas colombianas. Jhoana Barbosa es quien apoya a su padre en el fortalecimiento del negocio y se encarga de la gerencia de mercadeo. Fue ella quien encontró a través de internet la licitación abierta de la ONU, que finalmente resultó a su favor y con la que empezaron su camino de exportación. Iniciaron el proceso de internacionalización sin asesoría ni conocimiento previo, lo que los llevó a encontrarse con dificultades legales en el camino. “Una persona que contactamos en el país africano iba a ser nuestro representante para poder efectuar la exportación. Finalmente, nos abandonó y luego nos reclamó un dinero por una representación que no existió”, cuenta la mujer de 38 años. Para cumplirle a su cliente y no perder la oportunidad de negocio, los Barbosa empeñaron su patrimonio y ensamblaron en Santa Marta los dos botes patrulleros que posteriormente enviaron a África. Ahora decidieron apoyarse en la oferta del Gobierno Nacional para recibir capacitación en temas de cultura exportadora y así prepararse para las cuatro licitaciones que tienen con la organización internacional.
Fuente: El Tiempo Imagen: Archivo El Tiempo Ver artículo original]]>