No se trata de acabar la competencia ni las aplicaciones digitales que no son solo usadas por Uber sino que igualmente las usan las compañías de taxis y que benefician al usuario.
Hay entonces es que regularizar y establecer normas para su funcionamiento pues de lo que se trata es que el usuario esté mejor y tenga más opciones de movilidad.
Uno de los cuestionamientos es que no pagan cupos como los pagan los taxis y que llegan a casi $ 110.000.000; pero igualmente existe un mercado negro de cupos que se debe revisar y muchos no están registrados en Bogotá sino en los municipios aledaños, como también sucede con algunos taxis.
Pero esto y otras cosas se pueden regularizar y dependerá de la Alcaldía y la Secretaria de Movilidad y aun del Ministerio de Transporte. Una propuesta es que paguen una licencia o cupo para su funcionamiento. Otra, como sucedió en México, es que Uber aporte a un fondo que beneficia los taxistas.
Otra medida que sería bueno explorar es que solo puedan prestar servicio en Bogotá aquellos vehículos que están registrados en la ciudad, y esto debería aplicar para todos los sistemas.
Esto es un negocio, y en muchos casos los taxis tienen una propiedad muy diferente a quienes los conducen. Como en todo negocio, habrá competencia y cada vez aparecen y aparecerán nuevos sistemas. Pero hay que tener cuidado y controlar esta cacería de brujas que ha llegado a agresiones físicas de los mismos taxistas y en algunas ocasiones se han sumado los policías con partes y multas a través de retenes.
El Gobierno nacional ha dicho que Uber es una aplicación, y sí, pero a través de ella se facilita un medio de transporte y es ese medio el que hay regularizar.
El servicio es costoso, y no obstante la gente lo prefiere y esto se debe a que es seguro, hay amabilidad por parte del conductor, los carros son limpios, los llevan a
cualquier dirección… Esto entonces debería ser un llamado de atención para que los dueños de los taxis y los conductores mejoren el servicio y ofrezcan una mejor modalidad pues las quejas son permanentes por negativas al servicio por la dirección, maltrato, adulteración de taxímetros… Esta es una oportunidad de cambio: Mejor precio, mejor atención y seguridad Los Uber no son perfectos; en muchas ocasiones obstaculizan las vías, se parquean en calles que impiden una buena circulación de vehículos, y en eso hay que trabajar y definir normas.
Entraron o entrarán los taxis en operación tortuga y huelga y a ellos se les suman los conductores de Transmilenio y de los buses SITP, y es aquí cuando se ve que los monopolios no son nada buenos, ni privados ni públicos.
Fuente: El Espectador
Fotografía: Wikipedia
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