Justo cuando el sector turístico en Bogotá vivía una época dorada llegó la pandemia: hace un año, los aeropuertos y terminales de transporte suspendieron sus rutas y los planes se vinieron abajo. Lo que parecía una luna de miel ahora es una pesadilla para los distintos prestadores de servicios de turismo, que tratan de resistir.
Bogotá es reconocida por ser un centro de transporte que permite conexiones locales e internacionales, así como por ser un destino para realizar negocios empresariales.
Sin embargo, en los últimos años había demostrado su potencial turístico por su infraestructura para hacer recorridos en bicicleta, su centro histórico acogedor, amplia oferta gastronómica y diversidad de agendas culturales.
Durante el periodo comprendido entre 2015 y 2019, según datos del Instituto Distrital de Turismo, la ciudad experimentó un incremento de 4 millones de turistas. Bogotá llegó a concentrar el 42,8 por ciento del flujo de visitantes en Colombia, incluso superó a ciudades que reciben una alta cantidad de viajeros como Cartagena, Medellín y Cali.
La época dorada
Jorge Iván Duque, representante de Cerros Bike Tours, inició en 2016 su emprendimiento de recorridos turísticos en bicicleta por la ciudad. Encontró en su pasión por este medio de transporte y en los avances en infraestructura para ciclismo urbano una oportunidad para prestarles este tipo de servicios a turistas extranjeros.
Antes de la pandemia operaba todos los días del año y ofrecía dos tipos de viajes al día. Alcanzaba a hacer 60 recorridos al mes con un aforo promedio de 10 a 12 personas, en los que mostraba las diversas zonas históricas, arquitectónicas y gastronómicas más interesantes de la ciudad, con un énfasis en las agendas culturales locales.
También realizaba trayectos por las plazas de mercado para mostrarles a los extranjeros una gran variedad de frutas, verduras y platos tradicionales de diversas regiones del país.
Esta actividad turística empezaba a tomar fuerza en la ciudad. Además de ser amigable con el medioambiente, permitía hacer recorridos más rápidos en una de las ciudades con peor tráfico vehicular a nivel mundial. Y los bajos costos, 45.000 pesos por un recorrido de cuatro horas con guía profesional, hacían que fuera asequible para todo tipo de viajeros.
“La economía venía muy bien. Había afluencia de público extranjero por cantidades”, dice.
Estos años dulces, de crecimiento económico, también los estaba experimentando Álvaro Castañeda, gerente de Neotropic Expeditions en Colombia. Comenta que Bogotá se estaba convirtiendo en una ciudad atractiva para el turismo, no solo por su agenda cultural, sino por la oportunidad para hacer trayectos de aventura.
Agrega que luego de la firma del acuerdo de paz, el turismo venía creciendo a niveles exponenciales que no había visto en los 13 años que lleva trabajando en el sector. No obstante, la pandemia frenó ese crecimiento y la reactivación de este sector parece tardar.
Lo que la pandemia se llevó
Aunque Álvaro y Jorge siguen a flote con sus negocios, según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la ciudad perdió más de mil prestadores de servicios turísticos, entre agencias de viaje y hoteles, y 40.000 personas que trabajaban en esta industria quedaron desempleadas.
El panorama en las zonas hoteleras de la ciudad es desolador. Según Cotelco, la ocupación hotelera durante el 2020 fue del 24 por ciento, menos de la mitad de lo registrado durante el 2019.
Por esto, este tipo de negocios han tenido que cerrar sus puertas u ofrecer otros servicios ligados a la gastronomía o experiencias para bogotanos durante un día.
“Todo iba muy bien hasta la pandemia. El sector turístico todavía está muy golpeado. Me atrevería a decir que es el último sector de la economía que se va a reactivar”, comenta Jorge, quien pasó de hacer 60 recorridos mensuales a realizar tan solo cinco.
Por su parte, Álvaro menciona que los empleados de su empresa han tenido que migrar hacia otras actividades. Muchos de ellos, que eran guías bilingües, ahora están trabajando en call centers o han salido del país.
“Nuestra compañía tuvo un revés, de tal vez tres años, que tenemos que recuperar ahora. El impacto ha sido muy fuerte”, menciona.¿Y la reactivación?
Nicolás Uribe, presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, señala que uno de los sectores que han tardado en reactivarse económicamente es el turismo, la hotelería y la organización de grandes eventos.
“Formalmente, no falta nada. Falta que la gente decida volver a viajar, que la gente vuelva a tener confianza en el operador turístico para saber que no le va a pasar nada. Falta que cuando llegue a una ciudad no se la vayan a cerrar de un día para otro”, dice.
Karol Fajardo, directora del Instituto Distrital de Turismo de Bogotá, le explicó a la alcaldesa Claudia López la semana pasada que, de acuerdo con cálculos de la Organización Mundial de Turismo, la ciudad podría tardar dos años en volver a tener los números de viajeros nacionales y extranjeros que se registraron durante el 2019.
Esto depende de los avances que se presenten en los planes de vacunación, pero también de la confianza que proyecten los operadores de turismo para que los viajeros se sientan en ambientes seguros.
Álvaro y Jorge también proyectan recuperarse en dos o tres años. Continúan trabajando en el sector porque ven en Bogotá un potencial turístico y económico una vez pase la pandemia.
Fuente: EL TIEMPO
Imagen: EL TIEMPO
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