Un gran reto enfrentan las ciudadades: como van las cosas, en los próximos años, las calles no sólo estarán inundadas de carros sino también de motocicletas. Y aunque América Latina no es el fortín de este vehículo, el ritmo acelerado con el que aumenta su número genera dos preocupaciones: las altas tasas de siniestros en las vías y la tremenda competencia en que se han convertido para el transporte público, pues la gente se está bajando de los buses para montarse en moto.
En Bogotá los motociclistas ocupan el segundo lugar de muertes en la vía. Además, uno de cada cinco motociclistas de la capital ha tenido al menos un accidente de tránsito en el último año, en muchos casos con lesiones. Este último dato hace parte del estudio Motocicletas en América Latina, que hoy presenta el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
El lío de la competencia que plantea la moto para el transporte público lo han vivido ciudades como Taipéi (China) y París (Francia), que han hecho grandes inversiones para aumentar la oferta de servicios de transporte masivo. Ahora, América Latina recorre su propio camino: en Bogotá, Barranquilla, Caracas, São Paulo y Buenos Aires,el 79% de los motociclistas que la usan para movilizarse, antes usaban el transporte público.
Pero lo más preocupante no es que la motocicleta le quite usuarios al transporte público, sino la razón por cual eso está ocurriendo. Daniel Rodríguez, autor principal del informe de la CAF y quien analizó el aumento en el parque de motos (sus causas y consecuencias en Bogotá, Barranquilla, Caracas, São Paulo y Buenos Aires), explica que los usuarios piensan que es mejor usar la motocicleta, pues la consideran una opción interesante frente a los largos tiempos de viaje en otros modos de transporte.
“Los usuarios del transporte público tienen que caminar largas distancias, hacer transferencias, esperar bastante tiempo los buses, viajar en condiciones difíciles. La moto, por el contrario, provee servicio puerta a puerta las 24 horas del día. En el caso de São Paulo y Bogotá encontramos que es más barato usar moto que montarse al Transmilenio. Ese es el gran reto del transporte público”, dice Rodríguez.
Las soluciones
El informe de la CAF expone también las sugerencias para reducir esa fuga de usuarios y mejorar las condiciones de seguridad vial. La primera es generar una red multimodal de transporte urbano. “Eso incluye dignificar la movilidad, algo que se ha olvidado. Lo segundo es mejorar la competitividad del transporte público en la frecuencia del servicio, tarifa e integración con alimentadores, confort e información”, anota Rodríguez.
Pero si aun los parisinos, con una amplia oferta de transporte que incluye metro, buses y alternativas como el famoso sistema de bicicletas públicas, tuvieron un aumento de 36% en el uso de la motocicleta (entre 2000 y 2007), ¿qué más se necesita para enfrentar el auge de las motos, que le quita pasajeros al transporte masivo, resulta más contaminante que los carros y provoca más accidentes?
Una conclusión del análisis de la CAF es que las ciudades deben mejorar el manejo del crecimiento urbano. Por ejemplo, en Bogotá, a medida que siguen creciendo Soacha, Usme, Suba y el norte, es mucho más difícil dar un buen servicio de transporte público, a medida que la ciudad se explaya”, apunta el autor.
Otra clave es fortalecer la capacidad institucional, para planificar mejor el transporte y tener la capacidad de responder retos como los que plantean las motos. Eso permitiría hacer avances en reglamentación, por ejemplo, ya que la existente no es clara, al menos en los casos de las motos usadas como medio de trabajo. Y esa ausencia hace que se genere un incentivo para que quienes hacen mensajería o envíos en moto manejen peligrosamente, porque se les paga por despacho, así que conducen lo mas rápido que puedan para entregar su producto, muchas veces se suben al andés y resultan afectados los peatones y ciclistas.
Fuente: El Espectador
Fotografía: Flickr / Carlos Felipe Pardo
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