El sector transporte de carga en Colombia se enfrenta a un nuevo desafío con la reciente decisión de Ecopetrol de restringir la venta de gas vehicular. Esta medida, tomada en respuesta a la sequía que afecta diversas regiones del país y la disminución de los niveles de agua en embalses clave como los de Bogotá, ha generado preocupación entre transportadores y gremios del sector.
La petrolera ha informado que la restricción afecta a 13 empresas con Contratos de Firmeza Condicionada (CFC), lo que implica que al menos 1.000 camiones que operan con gas vehicular no podrán circular de manera habitual mientras dure la contingencia. Esta situación ha generado una alarma considerable entre los transportadores, quienes temen no solo por la pérdida de ingresos, sino también por el aumento de costos operativos para aquellos vehículos que usan tecnologías de conversión a otros combustibles más costosos, como el diésel o la gasolina.
Impacto en la economía del transporte
La Federación de Transportadores de Carga (Fedetranscarga), actualmente bajo la presidencia de Arnulfo Cuervo tras la reciente renuncia de Henry Cárdenas, ha manifestado su preocupación por el impacto económico que esta restricción tendrá sobre el sector. Cuervo señaló que el cese temporal en la operación de estos camiones podría afectar significativamente la economía nacional, particularmente en un momento en que la inflación y los costos del transporte ya han generado tensiones en la cadena de suministro.
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“El gas vehicular ha sido una alternativa más económica y sostenible para muchos transportadores. Sin embargo, al no contar con energía para movilizar los automotores, los propietarios de estos vehículos perderán su principal fuente de ingresos. Además, los que operan con sistemas de conversión a otros combustibles verán cómo sus costos operativos se disparan”, advirtió Cuervo.
Un llamado a la acción
Fedetranscarga ha solicitado al Ministerio de Minas y Energía tomar medidas urgentes para mitigar los efectos de esta restricción. El gremio ha propuesto la implementación de fórmulas y estrategias que permitan garantizar el suministro de gas vehicular para el sector transporte, al menos en los casos más críticos. Esta petición no solo busca evitar el colapso de una parte importante de la industria del transporte, sino también reducir el impacto sobre los consumidores, quienes podrían ver incrementos en los precios de productos y servicios debido a los mayores costos de transporte.
El gremio ha alertado que si la situación no se maneja de manera adecuada, podría haber repercusiones a largo plazo en la economía, tanto en términos de inflación como en el crecimiento de los sectores que dependen del transporte de carga. Además, la incertidumbre generada por la limitación del suministro de gas podría desalentar la inversión en nuevas tecnologías de transporte más limpias y eficientes, como los vehículos a gas.
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El contexto de la restricción
La decisión de Ecopetrol de priorizar el suministro de gas natural a las plantas térmicas responde a la necesidad de garantizar la generación de energía eléctrica en un contexto de sequía. Los niveles de agua en los embalses del país han disminuido considerablemente, lo que ha puesto en alerta a las autoridades energéticas. En situaciones de escasez de lluvias, como la actual, las empresas con contratos de firmeza condicionada pueden ver limitado su acceso al gas natural, afectando así sectores que dependen de este recurso, como el transporte de carga.
Si bien la medida es temporal, la incertidumbre sobre su duración ha generado inquietud. Para muchos transportadores, el gas vehicular ha sido una alternativa viable frente a los elevados costos de combustibles fósiles tradicionales. Su restricción no solo representa una dificultad logística, sino también un golpe directo a la economía de las empresas del sector.
Fuente: La FM