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TRANSPORTE FLUVIAL: Una oportunidad para la navegabilidad del río Magdalena

TRANSPORTE MARÍTIMO: Una oportunidad para la navegabilidad del río Magdalena
El panorama no es alentador y tiende a complicarse aún más teniendo en cuenta que, entre 2010 y 2019 Aunque la emergencia por el Covid-19 ha obligado al Gobierno a destinar recursos no previstos a las poblaciones más afectadas para aliviar en parte la crítica situación, es clave que no se olvide el proyecto de […]

El panorama no es alentador y tiende a complicarse aún más teniendo en cuenta que, entre 2010 y 2019

Aunque la emergencia por el Covid-19 ha obligado al Gobierno a destinar recursos no previstos a las poblaciones más afectadas para aliviar en parte la crítica situación, es clave que no se olvide el proyecto de navegabilidad del río Magdalena como eje de reactivación socioeconómica y desarrollo.

La emergencia generada por la pandemia Covid-19 ha creado una profunda crisis en la gran mayoría de sectores que dinamizan la economía colombiana. El comercio ha sido uno de los renglones más afectados y el escenario se ha agravado aún más debido a los múltiples problemas relacionados con retrasos y altos costos en el envío y recepción de productos. De acuerdo con cifras presentadas por la Federación Colombiana de Transporte de Carga, ante la crisis existente las mercancías se están demorando un 35 % más en llegar a tiendas y almacenes, lo que significa un atraso considerable en el proceso logístico, a lo cual se suman los costos de transporte, que aumentaron cerca del 40 %.

El panorama no es alentador y tiende a complicarse aún más teniendo en cuenta que, entre 2010 y 2019, Colombia volcó sus esfuerzos al trasporte de carga terrestre, es decir, actualmente cerca del 80 % de la carga es movilizada por carretera, mientras que apenas el 1,4 % se hace a través del modo fluvial, desaprovechando el gran potencial logístico que tiene Colombia mediante sus ríos, en especial, el Magdalena. 95 El río Magdalena comprende cerca de 1.550 kilómetros a lo largo de nuestro territorio nacional, de los cuales 1.024 (km) son aptos para la navegación y, ahora más que nunca, serán estratégicos para enfrentar la emergencia socioeconómica que estamos atravesando. Hacer navegable este afluente para conectar la región Caribe con el centro del país, desde Bocas de Ceniza (Atlántico) hasta el puerto La Dorada – Puerto Salgar, sería clave para reactivar la economía colombiana en estos tiempos de crisis, puesto que optimizar los procesos de logística y transporte a través de la navegabilidad del río permitiría un gran avance hacia la multimodalidad, el mejoramiento de la competitividad y el fortalecimiento de las regiones. En la actualidad, existe una baja calidad en la infraestructura logística debido a la ausencia de transporte multimodal, motivo por el cual Colombia ha tenido un rendimiento insuficiente en cuanto a tiempos y costos de transporte. Una muestra de ello es que Colombia requiere de 112 horas para exportar, mientras que el promedio latinoamericano es de 55.3 horas y el de países de la OCDE 12.7 horas. Estas cifras sumadas a los altos costos de transporte y los problemas de infraestructura ya mencionados nos ubican en el puesto 58 entre 160 países con una puntuación de 2,61 sobre 5, conforme al Índice de Desempeño Logístico del Banco Mundial. Con la navegabilidad del río Magdalena los costos de transporte actuales se reducirían entre un 10 % y 50 %, y se generaría una disminución importante en los tiempos de viaje, cargue y descargue. Aunque la emergencia generada por el Covid-19 ha obligado al Gobierno Nacional a destinar recursos no previstos a las poblaciones y sectores más afectados para aliviar en parte la crítica situación, es clave que no se olvide el proyecto de navegabilidad del río Magdalena como eje de reactivación socioeconómica y desarrollo. Si contamos con la zona de influencia correspondiente a la ribera del río navegable, el proyecto impactaría positivamente a 3 millones 514 mil 573 habitantes (7,3% del total de la población del país) y un área conjunta de 97.557 km2 (9,9% de todo el territorio nacional); además, si también se tiene en cuenta la logística de transporte ya existente que conecta a los departamentos a través de los modos de transporte terrestre, marítimo, aéreo y férreo, la posibilidad de un mayor desarrollo y crecimiento económico abarcaría a toda la nación. La navegabilidad del río es, en sí misma, un paso gigante hacia el progreso en otros aspectos fundamentales para el país como lo son el medio ambiente y el turismo. El sector transporte es uno de los principales emisores de gas invernadero en el país, siendo el subsector carretero el responsable del 90% de emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que a través del río se estima que por cada tonelada transportada se reducirían en 64% las emisiones de CO2 generadas. Asimismo, el sector turismo también tendría grandes beneficios con la navegabilidad del río Magdalena, dado que con la ejecución y puesta en marcha del proyecto mejorarían las condiciones de comunicación fluvial, lo que permitiría la creación y acceso de más sitios turísticos y la promoción de las regiones como zonas de desarrollo nacional. El momento coyuntural por el que está pasando Colombia debe convertirse en una oportunidad para replantear el modelo de transporte utilizado en los últimos tiempos y avanzar en inversión hacia modos de transporte que le permitan al país aumentar su competitividad, esto implica hacer mayores esfuerzos en infraestructura para lograr por fin una verdadera multimodalidad.

Fuente: Revista El Congreso

Imagen: Archivo Revista El Congreso

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