Movilizar 100.000 toneladas de carga cada día por el Valle de Aburrá afecta la movilidad para un parque automotor de 1,2 millones de vehículos. Cuando un camión se detiene en una vía, se pierde un carril para circular, algo que termina por ser una dificultad adicional a las limitaciones de espacio en las calles.
Para Iván Sarmiento Ordosgoitía, experto en movilidad y docente de la Universidad Nacional sede Medellín, organizar el transporte de alimentos, materias primas y productos esenciales para la vida y el comercio sería, sin duda, un punto a favor de un tráfico más fluido. Los horarios de entrega en el comercio y la falta de infraestructura para la llegada de vehículos de carga en los barrios son situaciones que, a su juicio, se deben mejorar.
El experto subraya que por los 10 peajes que rodean el Valle de Aburrá 8.500 camiones entran y vuelven a salir cada día, 17.000 viajes que aunque son poco, comparados con los 200.000 vehículos que se mueven a diario por el corredor del río Medellín, están al inicio de una cadena que es parte de los problemas de movilidad en horas pico.
De los grandes centros de distribución se reparte la carga en todo tipo de vehículos hacia 70.000 negocios en la ciudad. Sumando el transporte de escombros, de facturas y paquetes y los viajes vacíos de los vehículos de reparto, movilizar carga implica 200.000 viajes.
Sarmiento considera que un primer problema es el horario en que se cumplen las entregas, pero no por las regulaciones de los organismos de tránsito, sino por imposición del comercio. Señala que alrededor de las 8:00 de la mañana abre la mayoría de los locales y los vehículos que van a llevarles la carga coinciden en parte con la hora en que la mayoría de los ciudadanos se desplaza hacia sus sitios de trabajo y estudio.
La situación se repite en las tardes, cuando muchos negocios cierran entre las 5:00 y las 6:00 p.m. Lo que hace coincidir de nuevo las entregas con el horario de salida de las empresas.
“Si tuviéramos en la ciudad entregas de madrugada o después de las 7:00 de la noche, tendríamos un tráfico más fluido”, anota Iván Sarmiento.
Agrega que el segundo problema es el parqueo en los barrios, donde la ciudad no cuenta con bahías para cargar y descargar mercancías. “Hay algunos centros comerciales que tienen zonas de carga y descarga, pero los pequeños, que son la mayoría, no tienen dónde atender un camión. Simplemente el camión llega, se parquea al frente y ahí se demora entre 10 minutos y media hora en promedio”, sostiene.
Fuente: El Colombiano
Fotografia: Wikipedia
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