Invías ha dado un paso clave en la infraestructura vial del país al adjudicar el contrato para la operación, mantenimiento y atención de sitios críticos en el corredor Cruce de la Cordillera Central. Este proyecto, fundamental para la conexión entre el centro y occidente de Colombia, representa una inversión de más de $221.000 millones y promete mejorar las condiciones de movilidad en uno de los tramos más importantes del país.
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El contrato fue adjudicado a la Unión Temporal Vías Calarcá – Cajamarca, un consorcio compuesto por Ingeniería y Vías SAS BIC, Megaproyecto Vial Siglo XXI SAS e Ingeniería de Colombia Ingdecol SAS. Esta unión de empresas se encargará de la operación y mantenimiento tanto de los túneles como de las vías a cielo abierto en el corredor que conecta Calarcá con Cajamarca, pasando por el Túnel de La Línea, una obra emblemática de la ingeniería colombiana.
Un compromiso a largo plazo
El plazo del contrato, que se ejecutará entre noviembre de 2024 y julio de 2026, incluye no solo el mantenimiento de la infraestructura vial, sino también la atención a los usuarios, la gestión de emergencias y la solución de problemas en puntos críticos de la vía. Esto incluye la construcción del puente Perales 2, una obra de 250 metros de longitud, que será ejecutada mediante voladizos sucesivos y que contará con tres luces. Esta obra es vista como una solución para mejorar la movilidad, aumentar la seguridad vial y reducir los tiempos de desplazamiento entre el Valle del Cauca y el Eje Cafetero.
El director general de Invías, Juan Carlos Montenegro Arjona, destacó la relevancia de esta adjudicación: “El proyecto Cruce de la Cordillera Central es un hito importante porque permite garantizar la continuidad en la operación, la seguridad vial y la prestación de servicios a los usuarios en un corredor que une el centro con el occidente del país, beneficiando a más de 10 millones de personas”.
Beneficios para millones de colombianos
El corredor Cruce de la Cordillera Central es vital para la movilidad de los habitantes de departamentos como Valle del Cauca, Tolima, Quindío, Cundinamarca y la capital del país, Bogotá. La infraestructura vial en esta zona ha enfrentado históricamente desafíos complejos, desde el manejo del tráfico pesado hasta los efectos de fenómenos climáticos que afectan su estabilidad.
La adjudicación de este contrato pretende ofrecer una respuesta integral a estas problemáticas, abordando no solo el mantenimiento rutinario de la vía, sino también la gestión de situaciones críticas que puedan surgir. El consorcio seleccionado deberá realizar la operación y mantenimiento de los equipos electromecánicos y la infraestructura civil, lo que incluye un monitoreo constante de la seguridad de la vía y la atención rápida a emergencias.
Retos de la ejecución
Aunque el proyecto trae consigo grandes expectativas, también plantea retos significativos. La complejidad geográfica del corredor, que atraviesa una de las cordilleras más difíciles de Colombia, ha demostrado ser un desafío constante. Los deslizamientos, puntos inestables y las condiciones climáticas adversas son factores que podrían poner a prueba la capacidad del contratista para cumplir con los plazos y garantizar la seguridad vial.
La construcción del puente Perales 2, una de las principales obras dentro del contrato, también supone un reto técnico de alto nivel. Este puente, que será construido mediante voladizos sucesivos, demandará no solo precisión en su ejecución, sino también una planificación cuidadosa para minimizar los impactos sobre el flujo vehicular durante su construcción.
¿Una nueva etapa para la movilidad en la Cordillera Central?
Este ambicioso proyecto es un ejemplo del esfuerzo por modernizar la infraestructura vial en Colombia y mejorar las condiciones de movilidad entre regiones clave. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad de la Unión Temporal Vías Calarcá – Cajamarca para enfrentar los desafíos inherentes a la geografía y clima de la región, y de la supervisión efectiva por parte de las autoridades competentes.
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En un país donde las vías representan no solo la conexión entre ciudades, sino también el motor del comercio y el desarrollo regional, este tipo de proyectos son esenciales. La gran pregunta que queda en el aire es si el consorcio encargado de la obra podrá cumplir con las expectativas y garantizar que los más de 10 millones de usuarios del corredor disfruten de una movilidad más rápida, segura y eficiente.
El Cruce de la Cordillera Central es una arteria vital para Colombia, y su adecuado mantenimiento y mejora pueden marcar la diferencia entre una movilidad eficiente y los eternos problemas de retrasos y riesgos en carretera. Ahora, el reto es cumplir con lo prometido y transformar la infraestructura vial en una columna vertebral sólida para el desarrollo del país.
Fuente: Invías
