Según un reciente estudio realizado por la firma Inrix, Bogotá se ubica en el sexto puesto entre las 50 ciudades más congestionadas del mundo. Este alarmante dato no llega solo, ya que otras dos capitales colombianas, Medellín y Cali, también figuran en el listado, ocupando el 18º y 45º lugar respectivamente. Este panorama refleja un problema creciente de congestión vehicular en el país, extendiéndose incluso a ciudades como Neiva, Ibagué, Villavicencio y Barranquilla, donde el tráfico se ha convertido en una de las principales quejas de los ciudadanos.
En marzo de este año, el TomTom Traffic Index 2023 ya había situado a Bogotá como la tercera ciudad con mayor congestión de tráfico en América Latina y la número 19 a nivel mundial. Los bogotanos pierden en promedio 117 horas al año atrapados en el tráfico, con una velocidad promedio de desplazamiento de apenas 22 kilómetros por hora. Este fenómeno no solo reduce la productividad, sino que también afecta gravemente la calidad de vida de los habitantes.
María Alejandra Rueda, directora de Marketing y Crecimiento para Latinoamérica de Picap, destacó la necesidad urgente de explorar nuevas opciones de movilidad en el país. “El tiempo perdido en el tráfico no solo afecta la productividad, sino también la calidad de vida. Estos datos refuerzan la importancia de adoptar soluciones de movilidad más eficientes y flexibles”, expresó Rueda. Picap ha estado promoviendo alternativas de movilidad que buscan aliviar la congestión y proporcionar una forma más rápida, segura y accesible de desplazarse.
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En un intento por mitigar la congestión, Bogotá ha implementado desde hace varios años la medida del Pico y Placa, que restringe la circulación de vehículos particulares y algunos de servicio público en ciertos horarios y días. Esta medida se aplica incluso durante los puentes festivos, con el Pico y Placa regional, que regula el ingreso de vehículos a la capital en horarios determinados.
Sin embargo, muchas personas han encontrado en los vehículos eléctricos una forma de evadir estas restricciones, ya que estos no están sujetos a la medida del Pico y Placa. El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha manifestado su compromiso con la movilidad sostenible, promoviendo una transición a vehículos eléctricos a mediano y largo plazo.
El concejal Marco Acosta, por su parte, ha enfatizado la necesidad de que Bogotá migre hacia tecnologías cero emisiones en el transporte público, como establece el Acuerdo Distrital 811 de 2021. Este acuerdo busca eliminar el consumo de combustibles fósiles y enfrentar la emergencia climática mediante la implementación de tecnologías que no emitan gases de efecto invernadero ni material particulado.
No obstante, Acosta plantea preocupaciones respecto a la infraestructura necesaria para sostener esta transición. “La administración nos debe explicar cómo se realizaría y garantizaría la transferencia de energía para recargar estos vehículos, sin que esto conlleve a racionamientos de agua y energía”, sostuvo. Además, instó a resolver problemas existentes con Enel Codensa, que afectan a unos 400 usuarios que aún no han recibido solución a sus problemas de facturación.
En conclusión, mientras Bogotá y otras ciudades colombianas enfrentan niveles alarmantes de congestión vehicular, la búsqueda de soluciones eficientes y sostenibles es más urgente que nunca. La adopción de vehículos eléctricos y otras tecnologías limpias puede ser un paso importante, pero requiere una planificación cuidadosa y una infraestructura robusta para evitar nuevos problemas.
Fuente: El Nuevo Siglo