Así lo concluye un estudio de la Universidad Nacional contratado por el Ministerio de Transporte y del cual se acaban de revelar las primeras conclusiones.
Según la investigación, “en muchos casos estos vehículos, cuyo peso bruto alcanza hasta 16 toneladas, son cargados con un sobrepeso de hasta el 5% con el fin de obtener ganancias adicionales o reducir costos operacionales”.
El exceso de carga causa impactos sociales como daño ambiental, pues el aire se contamina con material particulado, polvo y humo, nocivo para la salud. Además, la sobrecarga impacta negativamente la red vial y afecta la estabilidad de los puentes.
“Está probado que un camión con exceso de peso no puede frenar con facilidad, además, frente a retos como hacer giros o esquivar obstáculos, es muy vulnerable a sufrir un volcamiento”, explica el profesor Wilson Adarme, doctor en Ingeniería Industrial de la U.N. y líder de este estudio.
Miryam Gómez Marín, directora del Grupo Ghygam Colciencias, del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, expresa preocupación porque en Medellín, “el contaminante de alto riesgo está por encima de los niveles”. Dice que en la maniobra de frenado de los vehículos pesados, el aire se contamina hasta siete veces más.
Sergio Sánchez, director del Clean Air Institute de Washington, estudioso del caso colombiano, subraya que el transporte de carga emite el 62% de las partículas PM 2.5 y el 32% de partículas CO2 en el Valle de Aburrá, que considera muy altas en contaminación.
“Es un tema al que en América Latina no se le presta atención, pero se volvió prioritario”, comentó.
Problema de básculas
Luis Orlando Ramírez, director ejecutivo de la ATC -Asociación de Transportadores de Carga- sostiene que el estudio de la Universidad Nacional no puede generalizar a todo el sector.
A su juicio, es cierto que el transporte de carga en camiones tipo Turbo registra excesos: “Son vehículos para cargar si mucho de diez toneladas, pero les dejan llevar hasta 16, lo que atenta contra la misma homologación del vehículo en cuanto a su capacidad de carga”, explica Ramírez.
Según el profesor Adarme, estos vehículos representan el 35% de la flota que rueda en el país y por ello el Ministerio de Transporte debe adoptar sistemas de comunicación, revisión y modernización de las básculas de peso.
“En el país hay suficientes básculas, pero la mayoría tienen problemas de calibración”, denuncia el directivo de ATC. La investigación encargada a la U. Nal. tiene ese objetivo: tomar medidas al respecto y establecer correctivos para mermar los males que pueda ocasionar una actividad económica tan importante.
Pacto por el aire
En Medellín, cinco personas mueren al día por problemas de contaminación, según el Inventario de Emisiones Atmosféricas a 2014. La calidad del aire en la ciudad desmejoró, entre 2013 y 2014, en la mayoría de estaciones de la red de monitoreo, tanto en PM10 como en PM2,5, las partículas materiales en suspensión, que son indicadores de la contaminación urbana.
Debido a esto, en diciembre pasado 20 empresas generadoras de carga y tres ensambladoras de motos suscribieron un pacto por la calidad del aire. El compromiso es adoptar prácticas como el mantenimiento preventivo, nuevos horarios de cargue y descargue y uso de tecnologías limpias, entre otras.
El viceministro de Transporte, Enrique José Nates Guerra, adelantó que desde su cartera se busca implementar la eficiencia logística en el manejo de la carga urbana, como reglamentar políticas 24/7: “que la carga se mueva de noche para que los camiones no transiten de día, no congestionen más el tráfico y se disminuyan los niveles de contaminación auditiva y del aire”.
Fuente: El Colombiano
Fotografía: MinTransporte
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