Infraestructura

Con trochas, aún no hablemos de prosperidad

El director de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional ha reconocido recientemente que el país tiene 47 vías de carácter nacional con graves problemas de movilidad. De las cuales en Antioquia hay restringidas ocho troncales. Por tanto, la deficiente infraestructura de carreteras afecta tanto la competitividad logística del transporte de carga, que las empresas […]

El director de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional ha reconocido recientemente que el país tiene 47 vías de carácter nacional con graves problemas de movilidad. De las cuales en Antioquia hay restringidas ocho troncales.

Por tanto, la deficiente infraestructura de carreteras afecta tanto la competitividad logística del transporte de carga, que las empresas transportadoras han tenido que asumir unos sobrecostos que superan hasta el 35 % del valor de los fletes.

Además, al recorrer parte de nuestra geografía, el común denominador de muchos trayectos son los huecos y derrumbes que bloquean la circulación vehicular, problemas técnicos en los puentes y la pérdida de banca en algunos tramos de los principales corredores viales del país. Lo cual convierte estas troncales nacionales en verdaderas trochas intransitables, situación que evidencia la falta de mantenimiento por parte del Gobierno.

Los productos y las materias primas que requiere nuestra industria, las mercancías del comercio nacional e internacional, el turismo o el traslado urgente de personas, exigen obras de infraestructura para la competitividad que impacten favorablemente la economía del país. Razón por la cual las carreteras de última generación deberán tener diseños óptimos y más seguros, mejor señalización e iluminación; así mismo, los trazados deben ser de bajas pendientes y menos curvaturas. Lo anterior, sin dejar a un lado una excelente calidad en los materiales que utilizan los ingenieros y los técnicos que las construyen.

Se espera que con las denominadas dobles calzadas o Autopistas de la Prosperidad no se repitan los errores del pasado. Por eso hay que insistir en proyectos de ingeniería viables para que se logre así el propósito de reducir los tiempos de viaje y, a la vez, se disminuyan los costos de los fletes.

Varias carreteras que conectan a Antioquia con el resto del país pareciera que no hicieran parte de la agenda del actual Gobierno. En algunos tramos son verdaderos caminos de herradura similares a las vías terciarias que nos comunican con nuestros corregimientos y veredas. Basta recorrer la vía entre Bolombolo y La Pintada o la que conduce de Santa Fe de Antioquia a Cañasgordas, para comprobar el abandono estatal, entre otras.

Es urgente que el Ministerio de Transporte comience a invertir en estudios geológicos y geotécnicos, para detectar y proteger de manera integral las laderas inestables y de alto riesgo para los conductores y, a su vez, para quienes las habitan en sus orillas.

Porque si bien es claro que en unos años entraremos con las concesiones de cuarta generación en la era de los túneles, viaductos y variantes en aquellos tramos de difícil movilidad, son muchos los tramos críticos e inestables que existen, de pronto no detectados aún, que merecen la atención inmediata del Gobierno. Los antioqueños no podemos esperar años mientras las Autopistas de la Prosperidad se hacen realidad.

Fuente: El Colombiano

Fotografía: Wikimedia

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