Pese a que los entrevistados son conscientes del beneficio que traerá el Tranvía de Ayacucho, señalan que por los cierres en la calle Ayacucho entre las carreras Sucre y Junín, pierden tiempo, dinero, clientes y se afecta la calidad de vida.
María Daza López, profesional de la Defensoría del Pueblo, opta por salir más tarde de la oficina para evitar la hora pico. “Es mejor invertir 40 minutos en mi trabajo que quedarme en el vehículo avanzando solo dos cuadras”.
La funcionaria se demoraba uno 15 minutos del Centro al sector El Indio, donde reside, y ahora, el trayecto dura en promedio una hora.
Rey Herrera Inestroza, taxista desde hace 15 años, ve afectados sus ingresos por los cierres viales. Los recorridos se originan, principalmente, cerca al parque de San Antonio. “Pierdo tiempo y dinero. Debo liquidar $75 mil diarios y a veces no alcanzo. Una carrera desde San Antonio al barrio Buenos Aires, marcaba $5 mil y se hacía en 15 minutos, ahora marca lo mismo y demora una hora. Dejo de producir, trabajo a pérdida”, sostuvo.
Sobre las preocupaciones de la comunidad, Jorge Gutiérrez, funcionario del Metro, dijo que no se puede perder de vista el valor de este proyecto de ciudad.
Sobre el impacto social explica que “20 profesionales realizan conversatorios, charlas y reuniones con la comunidad”. Además, con asociaciones del sector, se presentan las obras. “Escuchamos inquietudes de los comerciantes frente a la temporada de diciembre, buscaremos alternativas”, dijo.
De otro lado, el Metro informó que desde anoche permanece en Miraflores el segundo tranvía. El vehículo llegó a Cartagena en días pasados tras salir de Amberes, Bélgica, el 31 de agosto.