En medio de la agitación económica causada por la prolongada Guerra Comercial entre Estados Unidos y China, un fenómeno conocido como “friendshoring” está tomando forma. Este término se refiere a la tendencia de las empresas globales, incluidas las chinas, a trasladar su producción a países que Estados Unidos considera “amigos”. Este cambio de paradigma está reconfigurando las dinámicas comerciales y de inversión a nivel mundial, con México y Vietnam emergiendo como actores clave en esta nueva era.
Según un informe reciente de la Hinrich Foundation, las sanciones y aranceles estadounidenses han sido factores cruciales que han impulsado este fenómeno. Durante los últimos años, se ha observado una fuerte correlación entre las compras estadounidenses de productos mexicanos y vietnamitas y la disminución de la participación de China en las importaciones estadounidenses. Esto ha llevado a un cambio significativo en la inversión extranjera directa (IED) y en las estrategias de fabricación de empresas en todo el mundo.
La participación de China en las importaciones estadounidenses ha experimentado un declive notable. En 2017, representaba el 21.6% de las importaciones estadounidenses, mientras que en 2022, este número se redujo al 16.7%. En los últimos 12 meses hasta julio de 2023, la participación de China disminuyó aún más, cayendo al 14.6%. Este fenómeno ha sido una ganancia para países como Vietnam y México.
Vietnam ha aumentado su participación en el mercado de importaciones estadounidenses del 2% al 4% entre 2017 y 2022. Por su parte, México ha experimentado un aumento del 1% en sus exportaciones a Estados Unidos desde 2017 hasta julio de 2023, consolidándose como la principal fuente de importaciones estadounidenses. Además, las exportaciones manufactureras de México a Estados Unidos han experimentado un impresionante crecimiento del 26% entre 2020 y 2022, alcanzando los US$402 mil millones.
Un estudio realizado por Laura Alfaro de la Escuela de Negocios de Harvard y Davin Chor del Dartmouth College’s Tuck School’s ha revelado cómo las importaciones de México y Vietnam han desplazado directamente a las exportaciones chinas. China ha registrado disminuciones en sus exportaciones de calzado, prendas de vestir y productos electrónicos a Estados Unidos, mientras que México ha experimentado aumentos notorios en envíos de productos electrónicos, muebles, acero, vidrio y repuestos para automóviles. Vietnam, por su parte, ha aumentado significativamente sus envíos de prendas de vestir, calzado y productos electrónicos ligeros.
La proximidad geográfica de México y sus vínculos de libre comercio con Estados Unidos lo convierten en un destino de inversión especialmente atractivo para abastecer el mercado estadounidense. La IED estadounidense en los sectores automotriz y electrónico de México ha aumentado notablemente, incluso superando a las inversiones en China en ciertos momentos. Ejemplo de esto es el proyecto de Tesla de construir una gigafábrica de vehículos eléctricos y tecnología limpia en Monterrey, México, con una inversión de US$5.000 millones.
Aunque la IED estadounidense en Vietnam ha experimentado un crecimiento menos pronunciado debido a factores como la geografía y la falta de un acuerdo de libre comercio, esta situación podría cambiar en el futuro. La reciente visita del presidente Biden a Vietnam ha destacado la intención de Estados Unidos de convertir a Vietnam en un centro de producción de semiconductores y tierras raras.
Sin embargo, es importante destacar que el “friendshoring” no es simplemente un traslado desde China hacia estos nuevos destinos. China está adaptándose y enmascarando sus exportaciones a través de Vietnam y México, intensificando los lazos comerciales y de IED con terceros países para evitar las barreras comerciales estadounidenses. Por ejemplo, la participación de China en las importaciones de Vietnam ha aumentado significativamente, y México también ha experimentado un aumento en sus importaciones desde China.