Subir 180.000 pasajeros al MÍO en día laboral. Esa es la meta que necesita cumplir el sistema de transporte masivo para lograr el equilibrio financiero. Es decir, que con lo que paguen los usuarios por la tarifa se cubran los costos de su operación. Lea también: Operadores del MÍO piden más control a ‘piratería’ en buses tradicionales
¿Pero qué hacer para que ingresen al transporte masivo caleño más pasajeros?
Actualmente el sistema mueve entre 470.000 y 490.000 pasajeros diarios en día hábil. Pero las cuentas de los operadores del MÍO (dueños de los buses) estiman que para poder prestar el servicio con los mismos recursos que le ingresan al sistema se deben mover mínimo 650.000 pasajeros.
Este déficit, dicen, los obligó a anunciar que este lunes pararían parte de su flota (cerca de 300 buses). Pero una reunión de esta semana a la que asistió el viceministro de Transporte, Enrique Nates, logró conjurar temporalmente el ‘fantasma’ de un cese parcial de la operación del masivo caleño.
El alcalde Rodrigo Guerrero dice que el mensaje que salió de esa reunión era decirles a los operadores que “estamos frente a un sistema abierto de competencia, donde es necesario buscar nuevas formas de competir y atraer gente al mercado”.
“Han aparecido 200.000 motos, frente a lo que no podemos hacer nada, y los ilegales, frente a los que sí podemos”, dice el Alcalde. Y añade: “aún circulan buses tradicionales cuyas tarjetas están en proceso de vencerse. Si usted llega a La 14 se le va una señorita diciendo ¿qué desodorante busca? ¿Ha visto en alguna estación del MÍO alguien que le pregunte usted para dónde va y explique las rutas? Nadie hace promociones. Era importante que ellos entendieran que la ecuación no es: suben los pasajeros porque se hacen operativos”.
Hacen cuentas
En Cali, según las cuentas de las autoridades, entre un millón y un millón doscientos mil personas usan el MÍO, los buses tradicionales, los taxis o los ‘piratas’.
De acuerdo con el cálculo de los operadores, cerca de 500.000 personas se mueven en el transporte ilegal. De estos, afirman, unos 200.000 lo harían en buses que tienen documentos vencidos (tarjetas de operación canceladas), otro número igual en taxis que hacen ‘urbaneo’ y 75.000 usuarios, en carros particulares .
Por eso, dice Eduardo Bellini, gerente de Blanco y Negro Masivo, “se necesita hacer los operativos de control para que los usuarios usen el transporte legal”. Y ese esfuerzo, dicen, debe concentrarse en los buses tradicionales que prestan servicio sin tener documentos.
Alberto Hadad, secretario de Tránsito de Cali, sostiene que los operativos se hacen en los dos frentes. Y agrega que se han inmovilizado 650 vehículos ilegales entre mayo y junio. De ese número, 33 buses eran del transporte tradicional sin documentos al día.
¿Pueden mover tanta gente?
Jorge Vélez, presidente de la Liga de Estudiantes Usuarios del MÍO, asegura que no se puede pretender montar a los usuarios a la “brava”, quitando los otros medios alternativos de transporte.
“La flota no sale al 100 % y por eso la gente llega tarde, porque Metrocali programa 800 buses, pero en realidad salen 750”, comenta Jorge.
Sin embargo, los operadores aseguran que el nivel de cumplimiento es del 94 % y que 44 vehículos no salen porque les faltan los equipos de recaudo (que los pone la Unión Temporal de Recaudo y Tecnología, UTR&T) y otros están en mantenimiento, debido a que el sistema no tiene la flota de reserva.
Aún así, explica Paula Echandía, gerente de GIT Masivo, hoy hay más de cien buses al servicio que el año pasado, mientras los pasajeros no aumentan.
Según las cifras de los operadores (de información que les entrega Metrocali), en mayo del año pasado movieron 13.096.223 pasajeros en 624 buses (422.458 usuarios en promedio diario). Este año, con 741 buses (117 vehículos más que el mismo mes del año pasado) movieron 12.442.608, un promedio diario de 401.374.
Poco atractivo
Jesús López va de su casa en el barrio Alfonso López (oriente de Cali) al trabajo (en La 14 de Calima) en transporte ‘pirata’. Para él, el MÍO no es una alternativa, así haya una ruta hacia ambos destinos.
“Tomar la P24C me significa demorarme entre 45 minutos, una hora más que cuando me voy en el ‘pirata’, que me lleva a mi destino en media hora. Ese tiempo es valioso, por eso no dudo en dar los $2000 del pasaje”, expresa este usuario que tiene que bajarse de un carro particular que es inmovilizado en los operativos del Tránsito.
Por eso, López deja pasar tres buses con la ruta P24C que pasan frente a La 14 de Calima en un lapso de 15 minutos, que van vacías a las 6:00 p.m. y aprovecha el descuido de los guardas para montarse nuevamente en otro vehículo que va hacia esa zona, esta vez un taxi colectivo (de los que recogen varios pasajeros y les cobran $2000 a cada uno).
Otros usuarios prefieren el bus porque conocen las rutas “de toda la vida”, como lo manifiesta Elena Vásquez, quien tiene como costumbre abordar una buseta con emblemas de la transportadora Coomoepal en pleno centro, al lado del Palacio de Justicia, donde hay un paradero.
Ella va para Ciudad Córdoba y asegura que aunque ha oído que la empresa se acabó, sostiene que no necesita montarse en el MÍO, que obliga a trasbordos, si apenas a dos cuadras de su casa todavía pasa el bus tradicional.
Julián Beltrán, director operativo de Blanco y Negro Masivo, dice que competir con el transporte ‘pirata’ en tiempo es “muy difícil”. “El transporte legal debe cumplir con una programación, pasar por un recorrido establecido, hacer varias paradas, mientras que un vehículo particular o un taxi que hace ‘urbaneo’ toma atajos, para menos veces porque son menos pasajeros”, dice.
Sebastián Nieto, gerente de Unimetro, afirma que los operadores han llamado la atención sobre las velocidades y el diseño de las rutas, “que le compete a Metrocali”.
En plan de mejora
El presidente de Metrocali, Luis Fernando Sandoval, señala que la entidad trabaja en estrategias para cautivar más pasajeros. Entre ellas están la de tener impulsadores en estaciones y paradas de las pretroncales (en la calle) para promocionar al MÍO.
También se dejará gratuito el ingreso a cuatro rutas que tienen baja demanda (P30B, P71, P40A y P57) para que los usuarios las conozcan por quince días. Este programa inicia el próximo martes.
Se avecina además una campaña de relanzamiento del MÍO, acompañada con otra de cultura ciudadana en alianza con Bancolombia. Y agrega Sandoval, eso debe ir acompañado del control al transporte ilegal para evitar la competencia desleal al masivo.
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