Crédito del Banco Agrario a Navelena habría sido modificado irregularmente
Las condiciones bajo las cuales fue aprobado el préstamo de $120.000 millones a una sociedad compuesta en parte por Odebrecht habrían sido cambiadas por funcionarios de la entidad financiera.
Luego de que se conoció que el Banco Agrario le prestó $120.000 millones a Navelena, compuesta en un 87 % por la brasileña Odebrecht, que habría entregado US$11 millones en sobornos en Colombia a cambio de millonarios contratos de infraestructura, la afirmación que más se escuchó de parte de los directivos y exdirectivos de la entidad financiera para explicar lo sucedido fue que el préstamo se aprobó en condiciones “normales”. No había pierde, según ellos. El riesgo comercial era nulo; la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena, como proyecto, tenía riesgo bajo y preveía ingresos por $2,5 billones. En cuanto a los escándalos en los que Odebrecht empezaba a empantanarse en Brasil, estos aún no tocaban a Colombia.
Los miembros de la junta directiva del Banco Agrario consultados por este diario así lo sostuvieron, y añadieron que en ningún momento recibieron llamadas, presiones o recomendaciones para aprobar la transacción. Ahora, papeles en mano y con denuncia penal de por medio, interpuesta por el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, y el secretario de Transparencia de la Presidencia de la República, Camilo Enciso, se empieza a conocer por qué lo que la junta directiva aprobó al parecer no coincide con lo que finalmente se desembolsó. Hubo modificaciones que se hicieron en cuestión de días, durante las mismas semanas en que Navelena recibió los desembolsos.
Para empezar, el monto que Navelena pidió, como consta en la solicitud del 26 de agosto de 2015, firmada por la cabeza de ese consorcio, Jorge Barragán, y conocida por este diario, fue $100.000 millones, pero la cifra que llegó a la junta, después de los debidos filtros, fue $120.000 millones.
Es importante aclarar que, a la junta directiva, según el reglamento del banco, llegan para ser discutidas las solicitudes que superan el 5 % del patrimonio técnico de la entidad, el cual ahora puede rondar los $70.000 millones. Pero esas solicitudes siguen antes un conducto regular: pasan primero por un comité de crédito de la vicepresidencia de crédito y cartera; luego por un comité directivo nacional de crédito; en tercer lugar llegan al comité delegado de la junta directiva y, por último, a la junta directiva en pleno.
En el acta 575 de la junta directiva ordinaria del 12 de noviembre de 2015 consta que ese órgano aprobó el préstamo a Navelena, con plazo de un año, que debía pagarse una vez se diera el cierre financiero o se cumplieran los 12 meses, lo que ocurriera primero.
Pero, además, el visto bueno estuvo condicionado a que, en primer lugar, el banco tuviera en custodia el contrato de fiducia mercantil suscrito entre Navelena y Fiduciaria de Occidente, que la vicepresidencia comercial se asegurara de que el Banco Agrario quedara como beneficiario de la fuente de pago (fiducia) y, además, que esa misma vicepresidencia certificara que Cormagdalena reconociera al banco como “acreedor financiero de la etapa de preconstrucción” y autorizara modificar el contrato de fiducia suscrito entre Navelena y Fiduoccidente. Eso, básicamente, garantizaba que al banco se le pagara sí o sí, y con prioridad respecto a cualquier otro acreedor.
Casi un mes después de la aprobación en la junta directiva, el 17 de diciembre de 2015, Navelena recibió el primer desembolso. Pero desde el 16 de diciembre, según los documentos conocidos por este diario, las reglas de juego iniciales empezaron a cambiar.
Según la comunicación 0981 de esa fecha, la vicepresidenta de crédito y cartera, Marcela Ferrand, le informa al vicepresidente de banca comercial (e), Alejandro Jiménez, que el comité de crédito (la primera instancia) decidió “aclarar el texto de la garantía de la operación (crédito)” aprobada por la junta directiva. Eso, según la misma 0981, se hizo con base en otra comunicación del mismo día de la gerencia de asesoría jurídica -a cargo de Juan Carlos Orjuela- y la vicepresidencia de banca comercial, en la que “se indica que no es necesario tener en custodia el contrato en original de fiducia mercantil irrevocable de administración, garantía, fuente de pago y pagos suscrito entre Navelena S.A.S. y la Fiduciaria de Occidente S.A., dado que el certificado emitido por la Fiduciaria de Occidente es suficiente”.
Pero, además, el 17 de diciembre, el día del primer desembolso, la vicepresidencia de crédito y cartera, el gerente nacional de análisis de crédito (e), la subgerente de crédito empresarial y oficial (e), el profesional sénior de análisis financiero (e) y la coordinadora de crédito empresarial y oficial informan al vicepresidente de banca comercial (e) que el mismo comité de crédito de la vicepresidencia de crédito decidió “modificar el texto de las condiciones previas al desembolso” del crédito. Según la comunicación 0992 de esa fecha, se eliminó el requisito de que Navelena incluyera al Banco Agrario como beneficiario de la fuente de pago de la fiducia y de certificar que Cormagdalena reconociera al banco como acreedor financiero de la etapa de preconstrucción y la modificación del contrato de fiducia mercantil.
Finalmente, el 22 de diciembre, día del segundo desembolso, por $50.000 millones, el comité de crédito hace otra “aclaración”, firmada por Irleana Martínez, profesional sénior de análisis financiero, y Édgar Velasco, coordinador de crédito: que, dado que no era necesario tener original del contrato de fiducia, “el banco deja en custodia la copia”. El resto es historia.
Lo irregular de estos hechos parte de la base de que, según la política institucional del Banco Agrario, cualquier modificación de las condiciones financieras y de garantías de una operación de crédito debe ser aprobada por el estamento que dio originalmente el visto bueno. Es decir, a la luz de eso, la única que podría haber modificado las reglas de juego era la junta directiva.
Este diario conoció que el presidente de la entidad bancaria, Luis Enrique Dussán, quien aseguró en días pasados que el cobro de la garantía se había iniciado ante Fiduoccidente, y la junta directiva ordenaron la realización de una auditoría interna para evaluar de principio a fin la operación: desde la solicitud hasta el desembolso, pasando por cartas y comunicaciones entre funcionarios y otras entidades, como Cormagdalena.
Fuente: El Espectador
Imagen: Archivo El Espectador