Cada que David Vanegas se transporta en bicicleta desde su casa, ubicada en la avenida El Poblado, hasta la Universidad Eafit, en horas pico, se ahorra 30 minutos más que cuando usa bus o carro.
Aunque el trayecto no tiene ciclorrutas, prefiere ese medio de transporte. No lo desconcentran los pitos prolongados de los conductores cuando comparte vía con buses, motos y carros.
Tampoco mide los peligros a los que se enfrenta en la vía ni se preocupa por ser, o no, blanco de atracadores. De no ser por dejar esos temores atrás, no montaría en su cicla casi todos los días. Solo la reemplaza por su carro cuando llueve.
Los dos trayectos que Vanegas realiza al día hacen parte de los 57.000 viajes diarios que se hacen en bicicleta en Medellín. Eso solo representa el uno por ciento de los 5 millones 700.000 viajes que hay cada día en la ciudad, sumando todos los medios de transporte.
La Alcaldía de Medellín busca que en una década, los viajes pedaleando, aumenten al 10 por ciento. Por ello, proponen construir 360 kilómetros de ciclorrutas que se unirán a las 40 que hay. Eso alcanzaría la cifra de personas que se transportan en metro en el valle de Aburrá, unas 600.000.
Precisamente, Iván Sarmiento, experto en movilidad de la Universidad Nacional, explicó que si la ciudad logra que la bicicleta lleve el 10 por ciento de los viajes, sería como construir otro metro. “La inversión de ciclorrutas es muy pequeña con respecto al mantenimiento del metro”, dijo, a la vez que anotó que los usuarios necesitan ambos sistemas.
“Cada uno hace su aporte a la movilidad y cada vez que tenemos más medios de transporte alternativos necesitamos menos del carro”, agregó.
Sin embargo, para muchos conductores, el carro sigue siendo su medio preferido. No en vano, más de 500.000 se movilizan diariamente en Medellín y según análisis, esa cifra aumentará cada año el 5 por ciento.
La razón radica en que es más seguro, tranquilo y cómodo. No hay que preocuparse por el invierno.
Pero eso cambiará cuando cada vez más vehículos congestionen las vías. “Los carros no se moverán a la misma velocidad de las bicicletas. Está comprobado que una persona llega a su destino más rápido usando la cicla en un trayecto no mayor de cinco kilómetros”, explicó Sarmiento.
De hecho, en Bogotá expertos hicieron experimentos con personas comunes en trayectos cortos, en los que compararon la bicicleta con el Trasmilenio, buses, taxis y automóviles. En todas las competencias, llegó más rápido la bicicleta.
Pero en Medellín aún no hay conciencia de esa ventaja de la cicla y las personas usan más el carro para trayectos cortos que largos.
Entre tanto, para el experto del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de Eafit, Daniel Carvalho la infraestructura que favorezca a ciclistas no es suficiente sino hay cultura.
“Es difícil, peligroso y poco atractivo usar la bicicleta como transporte urbano porque no hay respeto por parte de los conductores”, agregó.
En lo que coincidió Ómar Hoyos, secretario de Movilidad. “Construiremos ciclorrutas, pero habrá trayectos que no serán exclusivos para ciclistas por lo que compartirán vía con buses y carros. Necesitamos que los conductores los respeten”, dijo.
Para lograrlo, harán campañas y evalúan duras sanciones para quienes no respeten a los usuarios de este sistema.
Asimismo, educarán a los ciclistas para que sus bicicletas lleven luces y para que ellos usen casco o chalecos reflectivos. Así serán más visibles.
“Queremos que se dupliquen los ciclistas. Para lograrlo debe haber respeto. Las ciclorrutas se integrarán al transporte público, pero la idea es que muchos viajes sean directos”, agregó Hoyos.
Los expertos coincidieron en que cuando las ciclorrutas estén conectadas entre sí y con las estaciones del metro y haya una buena red de ‘biciparqueos’, los usuarios van a aumentar, de lo contrario no.
Para que la cifra sea cada vez mayor, también se necesitan cruces de vías seguros, semáforos para ciclistas y buena señalización, así como policías y agentes de tránsito que les den prioridad a personas como Vanegas que a diario salen a pedalear para ir a estudiar.
Fuente: El Tiempo
Fotografía: Ojo Digital
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