En una controvertida sesión que se prolongó hasta cerca de la medianoche, el Concejo de Bogotá aprobó el artículo 119, permitiendo el avance en la construcción de un nuevo sistema público de transporte por la carrera Séptima. Con un estrecho margen de 22 votos a favor y 21 en contra, el proyecto avanza con promesas de un corredor de alta capacidad que integrará diversos modos de transporte, pero no sin generar un intenso debate y oposición por parte de algunos concejales.
El proyecto aprobado contempla el desarrollo de infraestructura de movilidad que articulará diferentes modos de transporte en las localidades de Chapinero y Santafé. Según el artículo 119, la infraestructura a construir deberá armonizar con la demanda estimada de todos los modos de transporte, garantizando condiciones óptimas de movilidad y cumpliendo con la estrategia de calles completas y franjas funcionales de la Red Vial en el área de influencia del corredor. Además, se aprovecharán las adquisiciones prediales e insumos técnicos existentes para facilitar su ejecución.
La aprobación del proyecto no estuvo exenta de críticas. La concejal Quena Ribadereira expresó su descontento, argumentando que esta obra representará un “deterioro urbanístico sin precedentes” en la emblemática vía de la carrera Séptima. Según Ribadereira, la decisión reducirá la calidad del aire y de vida, además de desvaluar los inmuebles cercanos al corredor. En un tono mordaz, escribió en sus redes sociales: “Parece mentira lo que prometía el alcalde Galán cuando decía que la ciudad necesitaba ‘metro y más metro’ y se cumple el sueño Peñalosista de seguir ampliando y promoviendo el sistema BRT”.
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Por otro lado, el concejal del Partido Verde, Julián Sastoque, criticó la falta de una ciclorruta y la ausencia de medidas para la movilidad sostenible en el proyecto, insistiendo en que el plan se está implementando por encima del Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
Uno de los puntos más polémicos del proyecto es la percepción de que este nuevo corredor será simplemente una extensión más del sistema TransMilenio, en lugar de una solución innovadora para la movilidad en la ciudad. Los críticos argumentan que el enfoque en buses de tránsito rápido (BRT) sigue una línea de acción que ha sido recurrente en administraciones anteriores, sin ofrecer las soluciones estructurales y de largo plazo que un sistema de metro podría proporcionar.
La aprobación del artículo 119 y la construcción del nuevo corredor en la carrera Séptima representan un paso significativo en la estrategia de movilidad de Bogotá, pero no sin suscitar un debate sobre la dirección que está tomando la ciudad. Mientras algunos ven en este proyecto una oportunidad para mejorar la conectividad y la eficiencia del transporte público, otros lo consideran un retroceso que perpetúa problemas ambientales y de calidad de vida.
La verdadera medida del éxito de este proyecto dependerá de su implementación y de cómo se aborden las preocupaciones legítimas de los residentes y los críticos. La ciudad de Bogotá enfrenta el desafío de equilibrar la necesidad urgente de mejorar su infraestructura de transporte con la responsabilidad de preservar su calidad urbana y ambiental.
Fuente: Blu Radio