El país rueda lento en competitividad del comercio exterior
El transporte por carretera es uno de los factores que más le resta competitividad al comercio internacional. Según Javier Díaz Molina, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), del precio final de un bien el 15 % corresponde a la logística. Y en ese rubro, los mayores costos corresponden al transporte, con el 37 %, y el almacenamiento, con el 20 %.
Lo delicado de esos datos, tomados de la Encuesta Nacional Logística, que publica Planeación Nacional, es que mientras en otras partes del mundo se pone en manos de otros (terceriza) el transporte y el almacenamiento, en Colombia ocurre lo contrario. Según Díaz Molina, por problemas recurrentes, como los paros camioneros y la controvertida tabla de fletes, muchas empresas optaron por montar sus propias flotas de transporte, perdiendo de esa manera beneficios de las llamadas economías de escala.
“Eso no tiene sentido”, le dijo ayer el dirigente gremial a EL COLOMBIANO, a propósito del inicio de la feria Expologística 2017, que termina mañana en Corferias (Bogotá).
El dirigente, no obstante, reconoció avances en materia de negociación de tarifas, por el sistema de libertad vigilada para los fletes. Pero, agregó, se debería ir más allá. Un modelo, que reconoce no es perfecto, podría ser el de Transmilenio, en Bogotá: una empresa es la dueña de la flota de camiones y es ella la que se ocupa de los mantenimientos, la operación y la reposición de los automotores.
El presidente de Analdex añadió que, “hoy uno ve que un transportador trabaja, se cansa, sencillamente se acuesta y el vehículo se duerme con él. En otras parte del mundo, la tripulación descansa, pero el equipo funciona las 24 horas del día”.
Dado el poder que en el país tienen los camioneros, Díaz Molina reconoció que “el asunto no se puede manejar a la fuerza. Eso tiene que ver con aspectos regulatorios y toca trabajarlo con las empresas de transporte”.
Los controles en puertos son otro eslabón importante en la logística del comercio internacional. Analdex señaló que el nuevo Código de Aduanas está montado sobre la base de una plataforma electrónica, pero la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) no tiene ese sistema. Se prevé que el mismo no estará disponible antes de agosto de 2018.
En cuanto a la operación portuaria, Analdex destaca avances en infraestructura, con la incorporación de grúas y otros ingredientes tecnológicos. El nudo gordiano, en el sentir de Díaz Molina, continúa en el dragado de canales de acceso. Cuando estos se sedimentan, grandes buques, que movilizan 18.00o contenedores o más, no logran entrar a puerto.
De cal y de arena
Guillermo Montoya Gómez, consultor en comercio internacional de Araujo Ibarra y Asociados, describió en blanco y negro la situación de los aspectos logísticos claves para el comercio internacional del país.
Por ejemplo, dentro de los que llamó avances notorios, incluyó los puertos. Quienes no padecieron los paros en la época de Colpuertos, quizás menosprecien los logros en esta materia, “pues se dio un salto grande en terminales marítimos situados sobre ambos mares y en los que el sector privado jugó un rol en su modernización y eficiencia, tanto en lo físico, como en sus recursos humanos”.
Y se sigue avanzando, pues el analista confió en que de los tres proyectos de puertos planteados en el Urabá antioqueño, al menos uno se concrete.
En el transporte aéreo, especialmente clave para las ventas de oro, flores y otros perecederos, esa logística ha funcionado relativamente bien, a juicio de Montoya. Como algunos se quejan de las frecuencias del transporte de carga, sostuvo que no es un asunto para preocuparse, porque empresario que llegue con carga a un aeropuerto, la aerolínea le trae el avión para que lo llenen.
Finalmente, el consultor destacó que en transporte férreo estamos quedados; que en el modo fluvial aún está pendiente la recuperación del río Magdalena; en las aduanas los trámites siguen siendo más numerosos que en países de referencia; y que en el transporte terrestre ya hay sobreoferta de camiones, que se agravaría cuando la carga vuelva a movilizarse en trenes y por el río .
Fuente: El Colombiano
Imagen: Archivo El Colombiano
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