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Lo que viene con el fin del reversible por la carrera séptima

Después de 43 años de funcionamiento del reversible de la carrera 7.ª, que permite el uso de todos sus carriles en sentido sur-norte entre las 5 de la tarde y las 8 de la noche, llegó el momento de acabar con una medida que los expertos consideran anacrónica y elitista. Con ella se beneficiará a los […]

Después de 43 años de funcionamiento del reversible de la carrera 7.ª, que permite el uso de todos sus carriles en sentido sur-norte entre las 5 de la tarde y las 8 de la noche, llegó el momento de acabar con una medida que los expertos consideran anacrónica y elitista.

Con ella se beneficiará a los 37.000 usuarios de bus que van hacia el sur por vías como la carrera 11 y la 13 en el horario en el que funciona el reversible. “Además, detectamos que los atropellos de peatones aumentaron el 18 por ciento. La prioridad son los peatones, las bicicletas y los pasajeros del transporte público, por encima del carro particular”, explicó el ingeniero Felipe Gómez, de la Secretaría de Movilidad.

Entre las 5 de la tarde y las 8 de la noche, la movilidad es un caos en esos dos corredores, que son las principales vías alternas hacia el sur, especialmente en el tramo que va de la calle 100 hasta la 67. La Secretaría detectó que ahí la velocidad promedio es de 8 kilómetros por hora. “Puede ser peor, porque a veces llega a los 6 kilómetros”, dijo Gómez.

La decisión se tomó tras los buenos resultados del carril preferencial para buses que opera en este emblemático corredor, en la reducción del tiempo de desplazamiento del transporte público: ahora hay un ahorro de 10 minutos en los recorridos y se pasó de una velocidad promedio de 14 a 17 kilómetros por hora.

A esto también ha contribuido la desaparición de 46 rutas del antiguo transporte colectivo: en agosto había 79 rutas y ahora quedan 33. Así, en las horas pico, hay unos 300 buses en ese vía. La expectativa del Distrito es que en el primer trimestre del 2015 desaparezca la mayoría de buses ‘chimenea’, que aún tienen 10 rutas de Coobús y Egobús, operadores del SITP con graves problemas financieros.

Para Darío Hidalgo, experto y consultor en temas de transporte, esta es una excelente decisión. “La mayoría de los ciudadanos que van al sur usan el transporte público y les toca ir por las carreras 11 y 13, que son vías muy lentas y ahora podrán mejorar sus tiempos de desplazamiento”, anotó. La expectativa de la Secretaría de Movilidad es que cada día los ciudadanos se ahorren 15 minutos de viaje para compartirlos con sus familias.

De hecho, Hidalgo ve un beneficio más: “Los buses duales del Sistema Integrado de Transporte Público tardan hoy una hora en su recorrido hacia el sur a consecuencia del reversible. Con esta medida, mejorarán las frecuencias de servicios”.

Medidas complementarias

En febrero, mes en el que la Empresa de Acueducto espera terminar unas obras en las redes de servicios, habrá otro cambio que revolucionará la movilidad en el norte de la ciudad y que se hace necesario para el éxito del fin del reversible: el costado oriental de la carrera 11 cambiará de sentido entre las calles 82 y 100. De la calle 82 hacia el centro se mantendrá la vía en un solo sentido hacia el sur, pues la vía pierde una calzada.

De esta manera, se aliviará el caos que se genera en la carrera 7.ª entre las calles 72 y 100, tramo en que el volumen de vehículos particulares llega al 80 por ciento de la participación en el trancón durante las horas pico.

Esta transformación dará continuidad de este corredor hacia el norte desde la calle 82 hasta la 127, gracias a la reciente inauguración del tramo de la 11 que atraviesa el Cantón Norte.

Historia de la medida

1971: El Distrito crea el reversible de la carrera 7.a hacia el sur, entre 5 y 8 p. m., desde la calle 32 hasta la 92, de lunes a viernes.

1993: En mayo se crea el contraflujo de la avenida 19, entre las calles 134 y la 100.

En julio se impuso el contraflujo por el carril izquierdo de la calzada oriental de la carrera 7.a. 1994: Se crea el contraflujo hacia el norte de la carrera 7.a entre la calle 92 y 103, entre 5 y 8 p. m. Luego se amplió hasta la calle 116.

1999: Tras el nacimiento del pico y placa en 1998, se eliminaron los contraflujos de la avenida 19 y la carrera 7.a y se creó el reversible que se conoce hoy.

Fuente: El Tiempo

Fotografía: commons.wikimedia.org

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