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¿Se resolverán los problemas del kilómetro 58 en la vía Bogotá-Villavicencio? La polémica del viaducto sigue latente

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Crédito Imagen: Invías

El kilómetro 58 de la vía Bogotá–Villavicencio ha sido históricamente un punto crítico para la conectividad entre la capital y los Llanos Orientales. Las frecuentes dificultades geológicas han generado innumerables interrupciones en el tráfico, afectando no solo el transporte de carga, sino también la movilidad de miles de usuarios. Frente a este problema, el Instituto Nacional de Vías (Invías) propuso la construcción de un viaducto que parece ser la solución definitiva. Sin embargo, el proyecto, que ya cuenta con un avance superior al 90%, enfrenta obstáculos que van más allá de lo técnico y se adentran en lo administrativo y contractual.

¿Quién operará el viaducto?

A pesar de estar próximo a ser entregado al Invías en diciembre de este año, la puesta en operación del viaducto genera incertidumbre. Esto se debe a que el corredor vial está concesionado a Coviandina, y el tramo del kilómetro 58 no hace parte del contrato original de concesión. En este contexto, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) tendría que negociar con el concesionario para que asuma la operación y mantenimiento del viaducto, algo que ha generado tensiones.

Alberto Mariño, presidente de Proindesa, holding de Coviandina, aseguró que el concesionario no cuenta con información clave del proyecto. “No tenemos los planos de diseño ni documentos firmados por los responsables del estudio y diseño. Además, la obra fue modificada sustancialmente durante su construcción”, declaró Mariño en entrevista con Portafolio. Según el empresario, el diseño del viaducto presenta retos significativos, como una geometría compleja con curvas y pendientes pronunciadas que difieren de los estándares de otros viaductos en la vía.

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¿Quién tiene la razón?

Por otro lado, el director del Invías, Juan Carlos Montenegro, refutó estas afirmaciones durante el Congreso Anual de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI), señalando que Coviandina ha estado al tanto del proyecto desde su inicio. “Las condiciones técnicas de la obra son del conocimiento del concesionario. Si existen diferencias de criterio técnico, hay mecanismos claros para solucionarlas”, afirmó Montenegro.

Además, enfatizó que el viaducto cumple con todas las normativas y no pone en riesgo la operación de los usuarios. “Este viaducto fue diseñado bajo estrictas condiciones técnicas que garantizan su seguridad y funcionalidad”, agregó.

Un proyecto crucial en medio de la polémica

La importancia del viaducto radica en que busca solucionar un problema histórico de interrupciones en la vía Bogotá-Villavicencio, una arteria esencial para el transporte de carga y el comercio entre los Llanos y el centro del país. Sin embargo, la falta de claridad sobre su operación podría retrasar su entrada en funcionamiento, afectando los beneficios esperados para transportadores y usuarios.

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El tiempo corre

En los próximos meses, la ANI y Coviandina tendrán que definir si el concesionario asumirá la operación del viaducto y bajo qué condiciones. Este debate no solo pone en evidencia la necesidad de una mejor coordinación entre las entidades públicas y privadas en los proyectos de infraestructura, sino también la urgencia de encontrar soluciones que prioricen la movilidad y el bienestar de los usuarios.

Mientras tanto, los transportadores y viajeros que dependen de esta vía clave para sus actividades diarias siguen esperando que las autoridades resuelvan el conflicto y den luz verde a la operación de un viaducto que podría transformar la conectividad en esta región del país.

Fuente: Portafolio