Conexión Pacífico 1 lista para transformar la movilidad en Colombia

Con la puesta en operación de esta doble calzada, los tiempos de viaje entre Medellín y Manizales se reducirán drásticamente de cuatro horas y media a solo dos horas y media. Entre La Virginia (Risaralda) y Medellín, el trayecto pasará de cinco horas y treinta minutos a dos horas y cuarenta minutos. Estos cambios no solo significan un alivio para los transportadores y viajeros, sino que también representan una mejora en la eficiencia logística y la competitividad del país en los mercados nacionales e internacionales.

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La interconexión con las concesiones Pacífico 2 y 3, así como con Mar 1 y Mar 2, refuerza la integración entre el suroccidente, el centro y el norte de Colombia. De esta manera, productores, transportadores y comerciantes experimentarán una reducción de costos operativos y tiempos de desplazamiento, lo que potenciará la productividad y rentabilidad de sus actividades.

El proyecto comprende un total de cincuenta kilómetros de doble calzada, con 32,2 kilómetros de nueva construcción, distribuidos en cuatro unidades funcionales. Destacan dos túneles dobles, tres intercambiadores viales y sesenta y siete puentes, todo ello con una inversión de cuatro billones de pesos (precios 2024).

Además, la concesión opera y mantiene dieciocho kilómetros de vía entre Ancón Sur y el sector Cuatro Palos en Amagá. Todas estas estructuras han sido diseñadas con altos estándares técnicos, priorizando la seguridad de los usuarios y la durabilidad de la vía.

Más allá de su relevancia para la movilidad, el proyecto ha generado un impacto positivo en la región mediante la creación de empleo en diversos sectores de la construcción. Cientos de trabajadores han participado en la obra, fortaleciendo la economía local y proporcionando oportunidades laborales en áreas estratégicas.

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En términos ambientales, la construcción del túnel y la vía ha incorporado innovaciones tecnológicas en ingeniería civil y estrategias de mitigación de impacto. Desde la conservación de ecosistemas hasta la implementación de procesos de construcción sostenible, el proyecto busca minimizar su huella ambiental.

Aunque las obras han finalizado, el proceso de verificación por parte de la interventoría es el siguiente paso crucial para garantizar la seguridad y calidad de la infraestructura antes de su habilitación. Posteriormente, se llevarán a cabo pruebas de funcionamiento y seguridad para confirmar el correcto desempeño de la vía.

Con la puesta en marcha de este tramo de la UF2, Colombia refuerza su apuesta por el desarrollo vial como pilar estratégico de su crecimiento económico. Sin embargo, la verdadera prueba de fuego será la gestión del mantenimiento de esta infraestructura a lo largo del tiempo. ¿Se cumplirá la promesa de una movilidad eficiente y sostenible? El tiempo y la gestión de las autoridades serán los jueces de este ambicioso proyecto.

Fuente: Portafolio