El Archipiélago de Galápagos, situado a 972 km del territorio continental, constituye una reserva ecológica no solo para Ecuador sino también para la humanidad. Con una afluencia de 600 turistas que visitan diariamente las islas y una población de 25.000 habitantes, es una zona que requiere de propuestas que procuren mantener este frágil ecosistema. La demanda energética para el sector transporte de las islas está basada en combustibles de origen fósil, como diésel, gasolina extra, gas licuado de petróleo y combustible para aeronaves. De estos, el diésel tiene más demanda, con alrededor de 162.200 barriles, que constituye el 69% de la demanda total de combustibles destinados a la transportación que llega a la región, según datos preliminares del Balance Energético de Galápagos 2015 (año base 2014), elaborado por el Instituto Nacional de Eficiencia Energética y Energías Renovables (INER). De este valor, el mayor porcentaje (aproximadamente el 59%) es destinado al transporte marítimo y el resto se distribuye en el transporte terrestre, entre otros. El transporte marítimo es compuesto por diferentes tipos de embarcaciones que se encuentran propulsadas por motores de combustión interna con potencias que varían en función del tamaño y requerimientos de velocidad de las naves. Estos sistemas constituyen una fuente de contaminación por la emisión de gases, al derrame de combustible y lubricante por fugas; así como por actividades propias del mantenimiento preventivo de un sistema con estas características. Es interesante saber que existen países que han orientado sus esfuerzos para mitigar la contaminación ambiental producto de la emisión de combustibles fósiles, ideando proyectos como el llamado ‘PlanetSolar’, desarrollado en Suiza y que en 2012 se constituyó en la primera embarcación eléctrica alimentada con energía solar en dar la vuelta al mundo. Es por esta razón que el Instituto Nacional de Eficiencia Energética y Energías Renovables, a través de la confluencia de dos de sus líneas de investigación, eficiencia energética en el transporte y el uso de la energía solar, ha propuesto soluciones a la dependencia de los combustibles fósiles para el transporte marítimo en el Archipiélago, enfocándose en obtener una solución técnica, amigable con el ambiente para el transporte de pasajeros. Por lo que diseñó y construyó una embarcación de tipo catamarán con material ultraliviano y dos motores eléctricos de 10 kW de potencia cada uno, los cuales fueron ubicados en los extremos de la popa y son alimentados con energía eléctrica proveniente de baterías de ion litio alimentadas por energía solar, a través de dieciséis paneles solares ubicados en el techo de la embarcación. El catamarán navega a través del canal de Itabaca, el cual tiene 700 metros de longitud y está ubicado entre las islas de Santa Cruz y Baltra, cruzando un total de dieciséis veces diarias. Con esta iniciativa se ahorran 4.200 galones de combustible, evitando la emisión de 32,5 toneladas de CO2 anualmente. Es importante continuar con estas iniciativas que aportan a la protección de ecosistemas vulnerables como Galápagos, considerado patrimonio natural de la humanidad y que puedan ser replicados a escala nacional y regional
Fuente: El telégrafo
Fotografía: El telégrafo