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INVERSIONES: Retos y riesgos de la movilidad en Bogotá

Retos y riesgos de la movilidad en Bogotá El Global Congestión Ranking de Inrix junto con el Índice Global de Satisfacción del Conductor de Waze y las encuestas de “Bogotá cómo vamos”, reflejan que movilizarse se está volviendo cada vez difícil y estresante. A esta situación se llegó porque se perdieron años en fortalecer el […]

Retos y riesgos de la movilidad en Bogotá

El Global Congestión Ranking de Inrix junto con el Índice Global de Satisfacción del Conductor de Waze y las encuestas de “Bogotá cómo vamos”, reflejan que movilizarse se está volviendo cada vez difícil y estresante. A esta situación se llegó porque se perdieron años en fortalecer el sistema de transporte y en construir los componentes estratégicos como el metro, el cable, las troncales de Transmilenio, el tren de cercanías, la malla vial y la cultura ciudadana. La administración de Enrique Peñalosa recibió la movilidad en Bogotá en una situación grave físicamente y financieramente pero la disculpa del espejo retrovisor se agotó y la administración Peñalosa tiene la responsabilidad exclusiva de lo que le pase a la movilidad en los próximos años.

Situación actual: los indicadores mencionados presenta una situación grave. Inrix indica que Bogotá es la quinta ciudad del mundo donde los conductores se demoran más en la congestión, por su parte el informe de Waze para 2015 y 2016, Bogotá no supera los tres puntos sobre 10  en la velocidad promedio en el auto privado.

El transporte público (a pesar que es el más rápido) evidencia un estancamiento en los tiempos de viaje y la malla vial necesita recuperarse. A todo lo anterior se le agrega los índices de accidentalidad vial y los indicadores reales y de percepción sobre seguridad y calidad del sistema de transporte público.

Ante este panorama la administración Peñalosa propone grandes apuestas, pero también aparecen grandes riesgos, que si no se atienden estaremos al borde del despeñadero. La apuesta de convertir a Bogotá como la ciudad de las bicicletas y hacerle la guerra al auto privado es positiva; la propuesta de construir un plan maestro de infraestructura vial que sostenga el sistema de transporte público es estratégico; la iniciativa de reducir la accidentalidad vial, (especialmente la de motos) es  muy pertinente; el afán de empezar la construcción del metro y las troncales de Transmilenio por la Avenida Boyacá y la séptima, es vital; la construcción del cable es trascendental, mejorar la seguridad y la calidad del servicio público es valiosa. Mejorar la malla vial es impostergable.

Hacer sostenible financieramente al sistema es impostergable. 2016 fue de planeación y se necesita cuando antes ejecutar, pero cuidado con los riesgos.

Riesgos : Que se demoren las licitaciones y un nuevo Alcalde reformule trazados y estudios, riesgo de no detener el déficit financiero sin afectar las tarifas, riesgo que la inversión no se vea reflejada en calidad y seguridad, riesgo  en que la ciudadanía no responda (por ejemplo, en las propuestas de pagar por congestión).

Bogotá está ante unas de las últimas oportunidades (sino la última) para no caer en la desesperación. No se menciona la cultura ciudadana porque ésta ya se perdió y la estamos pagando a diario. La administración no se dio cuenta de ello y eso pasa por no atender los riesgos.

Fuente: La Republica

Imagen: Archivo La Republica

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