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TRANSPORTE MARÍTIMO: Un nuevo comienzo para el proyecto del Superpuerto

Un nuevo comienzo para el proyecto del Superpuerto Tras más de 18 años de ser concebido por visionarios de la ciudad, el plan del puerto de aguas profundas está cerca de materializarse. El Puerto de Aguas Profundas fue concebido desde hace más de 18 años por un grupo de inversionistas barranquilleros que visionaron la oportunidad […]

Un nuevo comienzo para el proyecto del Superpuerto

Tras más de 18 años de ser concebido por visionarios de la ciudad, el plan del puerto de aguas profundas está cerca de materializarse.

El Puerto de Aguas Profundas fue concebido desde hace más de 18 años por un grupo de inversionistas barranquilleros que visionaron la oportunidad que representaría para la capital del Atlántico el tener un puerto marítimo y fluvial. Luego de seguir un camino que no ha estado libre de inconvenientes, en 2017 se avizora un nuevo comienzo para este megaproyecto.

El objetivo del Superpuerto es aprovechar la posición estratégica de Barranquilla en la llamada ‘T’ del desarrollo portuario, conformada por el río Magdalena y el mar Caribe. Se espera que la mayoría de la carga que entre o salga del país lo haga por la ciudad, a través del río y también por el mar, desde este terminal.

El proyecto completo requiere de una inversión total de unos 970 millones de dólares, y es la gran apuesta para que Barranquilla se convierta en un centro (hub) portuario en el Caribe. Le aportaría las condiciones físicas necesarias al Puerto de la ciudad para competir por la carga de transbordo en la región. Esto se traduciría en aumento de los volúmenes movilizados.

El terminal, con todas sus etapas, ocupará unas 815 hectáreas, por lo que tendría la mayor capacidad de almacenamiento del país, contaría con 20 metros de profundidad, que permitirán el acceso de buques Capesize (150.000TPM) Súper Post Panamax (14.000 Teus) y Suezmax (1 millón de barriles), los más grandes a nivel mundial.

La profundidad sería superior a la del canal de Panamá (18,3 metros).

Desde el 21 de agosto de 1998, cuando se firmó el Contrato de Concesión Portuaria 023 entre la Superintendencia General de Puertos y la sociedad portuaria Bocas de Ceniza, por un plazo inicial de treinta años, este proyecto no había estado tan cerca de su materialización.

La concesión autorizó la ocupación y uso temporal y exclusivo de las playas, terrenos de bajamar y zonas accesorias, en el tajamar occidental del río Magdalena, a la altura de los kilómetros 5 y 6, donde se construirá el terminal.

Este año la obra no solo ha recibido el respaldo de la Alcaldía de Barranquilla y de la Gobernación del Atlántico; sino del Gobierno nacional a través del Ministerio de Transporte. Los entes públicos han planteado participar con recursos en el proyecto. Actualmente se estudian los aspectos técnicos y jurídicos para la conformación de una empresa de economía mixta que lo desarrolle.

El gerente del proyecto, Rodney Castro, asegura que luego de varios años buscando socios estratégicos en Colombia y en el exterior, estos anuncios “oxigenan” el proceso de comercialización y venta del Superpuerto como empresa.

Esto se evidencia con las múltiples manifestaciones de interés que han recibido de inversionistas nacionales e internacionales, con quienes se han realizado reuniones para definir su participación. “Se ha despertado un nuevo interés en este proyecto, se destaca el de la compañía Impala que hace parte del grupo holandés Trafigura”, señala Castro.

Nuevo comienzo

Lo más probable es que la nueva estructuración del proyecto establezca un arranque a menor escala, con una primera etapa que requiere menos inversión, la cual se calcula en unos 400 millones de dólares.

“Con la Alcaldía y la Gobernación firmamos un memorando de entendimiento, en el cual se definió una ruta de trabajo que debe llevar a una propuesta definitiva sobre el arranque que debe tener el proyecto”, explica el ejecutivo.

Esta propuesta, que es estructurada por le empresa Puerta de Oro, deberá ser aprobada por los socios actuales del proyecto y por Cormagdalena que debe darle viabilidad.

La meta es comenzar con las obras de infraestructura básica, con trabajos de dragado para tener una profundidad de 20 metros, la construcción del rompeolas y la habilitación de uno o dos de los seis muelles con que contará (manejará contendores, carga general, granel líquido y granel sólido). “La decisión del terminal con que se comenzará depende de los socios que se integren al proyecto”, afirma el gerente. Se calcula que una vez inicien los trabajos, la primera etapa estaría terminada en unos tres años.

Multipropósito

En sus inicios el proyecto fue pensado como un terminal carbonífero y minero, pero luego de un estudio de mercado, en 2014 se solicitaron modificaciones a la concesión portuaria y la licencia ambiental, para que pasara a ser multipropósito y ampliar el plazo de la concesión. Este proceso fue liderado por el entonces gerente del proyecto y actual gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa.

Fuente: El Heraldo

Imagen: Archivo El Heraldo

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