Buques sin tripulación, la apuesta de las navieras
La apuesta es implementar naves autónomas. La primera, totalmente eléctrica, se pondrá en marcha el próximo año.
La revolución en el transporte eléctrico no solo está cobrando fuerza en los laboratorios de Google, una compañía naviera noruega tiene como objetivo ser capaz de entregar cargas por mar en buques no tripulados a partir de 2020.
El totalmente eléctrico buque YARA Birkeland se pondrá en marcha el próximo año en Europa, dijo Yara International ASA con sede en Oslo en una declaración.
Para el año 2019 será capaz de trabajar por control remoto y al principio de la próxima década podrá hacer entregas de forma totalmente automatizada. El buque portacontenedores, construido por Kongsberg Gruppen ASA, transportará fertilizantes.
El avance de Yara podría tener implicaciones de largo alcance para la industria marítima, que históricamente ha consumido los combustibles más sucios disponibles en las refinerías.
En tierra, los fabricantes de automóviles están impulsando el desarrollo de vehículos sin conductor junto con la electrificación. Ford Motor Co., Bayerische Motoren Werke y Volkswagen AG han dicho que pretenden desarrollar coches autónomos para principios de 2020, mientras que la compañía hermana de Google Alphabet Inc. ya los está probando.
Yara utiliza más de 100 camiones diesel diarios para transportar productos de su planta de Porsgrunn, en Noruega, hacia los puertos nacionales de Brevik y Larvik, desde donde se envían a clientes de todo el mundo, dijo Svein Tore Holsether, maximo ejecutivo de la compañía.
Junto con esto, la empresa calcula que el nuevo buque reducirá el transporte de camiones en 40.000 viajes al año, aunque los viajes en cuestión -entre los puertos noruegos- son una fracción de los embarques internacionales convencionales.
Mientras que los carriles marítimos contienen menos tráfico que los terrestres, el comercio marítimo sigue teniendo sus propias complicaciones, lo que supondrá desafíos para la automatización.
Entre ellas se encuentran las fuertes corrientes oceánicas, el mal tiempo y – en algunas partes del mundo – la piratería.
El nuevo buque permitirá a Kongsburg probar la nueva tecnología que podría en última instancia frenar la contaminación de la industria naviera, que representa alrededor del 2,3 por ciento de las emisiones globales.
La Organización Marítima Internacional planea lanzar un plan inicial el próximo año para reducir los gases de efecto invernadero ya que la industria no está incluida en el histórico Acuerdo de Paris sobre el cambio climático.
Fuente: Portafolio
Imagen: Archivo Portafolio