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El único muelle turístico flotante de Buenaventura se cae a pedazos

Ante grave estado, capitanía ordenó a operadores no amarrar embarcaciones de más de 25 toneladas. El muelle turístico de Buenaventura, fundado en 1998, tiene hoy más huecos y jorobas en su tablado que una calle de la periferia de la ciudad. De ser el único flotante en Colombia y promocionado como la puerta hacia la […]

Ante grave estado, capitanía ordenó a operadores no amarrar embarcaciones de más de 25 toneladas.

El muelle turístico de Buenaventura, fundado en 1998, tiene hoy más huecos y jorobas en su tablado que una calle de la periferia de la ciudad.

De ser el único flotante en Colombia y promocionado como la puerta hacia la biodiversidad, hoy opera en un 50 por ciento, pues el capitán de Puerto tomó una medida que tiene divididos a usuarios y transportadores marítimos.

El capitán de navío, Óscar Enrique Mantilla, notificó a las empresas de transporte marítimo que a las embarcaciones que navegan hacia Gorgona, zona costanera y Malpelo les queda prohibido amarrarse del muelle, ante las deficiencias estructurales que presenta.

Según el funcionario de la Dirección Marítima, tras una inspección al interior y profundidad del embarcadero turístico, se encontró que su estado no permite el amarre de embarcaciones mayores de 25 toneladas.

El muelle de 240 metros de largo y cinco de ancho en madera, con barandas en aluminio y un rampa ecualizable para permitir su uso aún en los cambios de marea, contaba con siete muelles para embarcaciones menores y una para barcos. Hoy, operan solo tres alas de embarque y la capitanía cerró la del barco.

 

Los recaudos se consignan directamente a la oficina en Cali, de donde destinan para los gastos administrativos de personal y servicios públicos.Para hacer uso del muelle, los turistas pagan un derecho al Instituto de 4.500 pesos y los nativos, de 1.500, para la Investigación y la Preservación del Patrimonio Cultural y Natural del Valle del Cauca (Inciva), que lo administra.

“Estamos esperando que se acaben de producir los análisis de la situación que ya se ha estudiado y que se tome una pronta decisión para resolver los inconvenientes”, dijo el administrador Carlos Alberto Rodríguez.

No a barcos de turismo

No obstante,  quienes se han visto perjudicado con la medida son los buzos y turistas nacionales y extranjeros que cada semana o cada quince días llegan para tomar las motonaves ‘María Patricia’ o ‘Sea Wolf’, las únicas que cubren los destinos de altamar.

“No es bien visto y es de mal gusto que la puerta de entrada o de zarpe de uno de los mejores destinos de buceo de Colombia y el mundo se vea perjudicado por la situación del muelle turístico”, dijo Jesús Antonio Plata,instructor de más de 20 años que ha preferido este destino al Caribe.

Los buzos afirman que además de los encantos que tiene conocer la isla y el embrujo de que haya sido prisión, lo importante es su inigualable variedad, cantidad y tamaño de la flora y fauna marina.

“Esta incomodidad de tener que hacer trasbordos con equipajes para embarcar o zarpar con los riesgos que tiene para los niños, mayores de edad y las mujeres es un hecho insólito. No sé a quién se le ocurrió esta idea, pero veo que este muelle está ocupado por un poco de lanchas y esas grandes que, dicen pilotos, todos los días deben hacerle más daño, que un barco que arrima un rato cada semana para recogernos o dejarnos”, dijo Miguel López Rojas, que en plan turista llegaba de Gorgona junto a su esposa y su hijo.

Algunos de los transportadores de lanchas turísticas, que reservaron sus nombres, dicen que la medida también los puede afectar a ellos y que de hecho las condiciones para operar las salidas y llegadas son muy limitadas con tan solo tres alas de las ocho que había en buen estado.

“Las vallas de protección atravesadas en la rotonda y las ventas ambulantes también afectan la operación aquí. Nosotros sacamos nuestras lanchas allá y las fondeamos, pero las de pilotos mantienen día y noche amarradas en ese muelle”, dijo uno de los despachadores que a diario vive las dificultades por el espacio reducido.

En dos de sus alas donde deberían amarrarse las embarcaciones para abordar o descender los pasajeros que vienen a disfrutar de las playas de La Bocana, Pianguita, Juanchaco, Ladrilleros, Bahía Málaga y La Sierpe están flotando amarradas a dos embarcaciones de transporte, lejos de su muelle flotante.

Según el manual de mantenimiento debería hacerse el ajuste y revisión de tornillos, amarres y limpieza submarina de los flotantes cada tres meses y el piso, lavarse con agua a presión, cada mes.

La estructura del embarcadero se deterioró con el paso del tiempo sin que este cuidado resultara efectivo y no se ha hecho la reposición de la madera desgastada por los más de 150.000 turistas que en cada una de las tres temporadas altas pasan por su tablado y de los más de 100 diarios que viven en las playas, a lo que se suma el tránsito de 250 trabajadores del muelle de Aguadulce que diariamente toman lanchas para su trabajo al frente el muelle flotante.

También, las casi 40 personas que se embarcan en la motonave María Patricia, única que regularmente navega con buzos y turistas a Gorgona y Malpelo, cada ocho o quince días y para la cual se contempló un muelle largo fuera de la rotonda.

En medio de la polémica, los turistas y usuarios del muelle flotante piden celeridad en su recuperación antes de que llegue la temporada vacacional, las fiestas patronales y la temporada de las ballenas jorobadas.

‘Se hace mantenimiento’

En un comunicado, el director del Inciva, Jorge Carlos Figueroa Ortiz, señala que el muelle turístico está prestando servicio con cinco muelles de embarque.

“Por tratarse de un muelle flotante, que sube y baja con la marea, Inciva realiza un mantenimiento continuo a la estructura en cuanto a limpieza y ajuste de piezas, con personal dedicado exclusivamente a dicha labor”, precisa.

Según se indica, en diciembre se hizo el retiro, suministro e instalación de soportes de caucho, rodillos, tensores y ruedas de nylon así como piezas de madera que hacen parte de la estructura.

“La pasarela del muelle cuenta con puntos de amarre ubicados en sitios específicos, por lo tanto ninguna embarcación debe amarrarse al octogonal ni a las barandas metálicas”, señala al tiempo que hace un llamado a las empresas de transporte marítimo y operarios de embarcaciones para que fondeen y amarren sus naves en las zonas designadas para ello en la pasarela de cemento.

Figueroa Ortíz apunta que la entidad tiene programadas en la presente vigencia las actividades de mantenimiento que inician con una revisión subacuática específica para realizar las labores de reparación en esta área.

“Inciva realiza de manera permanente la reposición de la madera que se va deteriorando en el Muelle Turístico, con el fin de tenerlo en buen estado para el uso de turistas y nativos. En el transcurso de la presente semana se realizará la reinstalación de la salida dos por cambio de soportes. La salida cuatro será reparada e instalada en el mes de junio”, finaliza.

Fuente: El tiempo 

Fotografía: El tiempo 

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